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Chole

Doña Chole, la que vende los tamales y el atole, ahora prefiere que mejor le digan Soledad. Y tiene razón, porque la forma cariñosa de llamarle se ha vuelto tan controvertida con las vallas antidisturbios que fortifican el Palacio Nacional.

Doña Chole, la que vende los tamales y el atole, ahora prefiere que mejor le digan Soledad. Y tiene razón, porque la forma cariñosa de llamarle se ha vuelto tan controvertida con las vallas antidisturbios que fortifican el Palacio Nacional.

“Ya chole” como dicho popular -usted de seguro la sabe- significa “ya deja de insistir”. Pero, por el tono y las muecas de enfado y hastío que mostró el presidente López Obrador cuando, más que solicitarlo lo decretó, ese “ya chole” se pudo interpretar como “ya dejen de fastidiar”.

El lenguaje coloquial es una forma efectiva para ser popular. Pero todo lo que se dice tiene además de forma un fondo que (a veces) contradice lo meramente verbal. Y mucho más, cuando se habla con frivolidad de agresiones, feminicidios y violaciones.

AMLO jamás imaginó lo que su dicho iba a causar. No sólo el rechazo de grupos feministas; además, de una parte importante de la colectividad que repudia a los feminicidas y violadores. No de ahora, sino de siempre. Urge una política de Estado y acciones efectivas de seguridad pública para la prevención de tan aberrantes delitos como plena y efectiva justicia para víctimas y victimarios.

Pero, “todo se derrumbó” por darle el espaldarazo al que increíblemente sigue siendo candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, un turbio personaje que se asume como toro. Al que no descabelló el poder judicial, ni el instituto electoral y menos la inverosímil Comisión de Honor y Justicia del partido de Andrés Manuel López Obrador.

Ya me llegarán los reclamos de quienes son lópezobradorista y por ende, morenistas. Estarán en su derecho y como siempre respetaré su opinión. Pero, díganme: Qué necesidad tiene el presidente de NUESTRO PAÍS de lidiar esas faenas sin capa ni espada que lo defienda… sino como ocurrente espontáneo.

Ahora bien, yo como ciudadano desapruebo que se pintarrajen los muros de un sitio histórico y emblemático de México como lo es NUESTRO Palacio Nacional. Por ello, aplaudo que se hayan puesto las vallas metálicas como espacio inesperado para poder consignar a un incontable número de víctimas. ¡Y las que aún faltan!

LA PALABRA DE HOY: CHOLE

En lingüística, el término hipocorístico -que proviene del griego y significa “llamar cariñosamente”- consigna la sustitución de muchos nombres de personas, por medio de apócopes, aféresis, diminutivos o eufemismos.

Por ejemplo, de María, Mariquita; de Dolores, Lola; de José, Pepe o Manolito del personaje inmortal de Quino.

Bueno, pues Chole se les dice a las de nombre Soledad. Pero, no es fácil argumentar sobre el dicho “ya chole”. Al menos no recuerdo haber escuchado nunca el dicho en su forma original: “Ya Chole vendió su rancho”. Si de ello proviene, “ya chole” sería alivio y no fastidio.

DE MI LIBRERO: ETIMOLOGÍAS GRIEGAS Y LATINAS

Soledad proviene del latín 'solitas' y significa “estar sin nadie más”. Con dos componentes léxicos: 'solus' / solo y el sufijo -dad / cualidad. Pero, por favor, no insista en preguntarme lo que no sé… ¡ya chole!

*- El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.

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