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A río revuelto parte 1

Desde el inicio de la presente administración estatal se empezaron a conformar los grupos políticos, con algunos de sus intereses económicos enfrentados, pero coincidentes en una misma causa política: la candidatura a la gubernatura. 

Desde el inicio de la presente administración estatal se empezaron a conformar los grupos políticos, con algunos de sus intereses económicos enfrentados, pero coincidentes en una misma causa política: la candidatura a la gubernatura.

Ambos grupos visibles empezaron con el agarre, más allá de lo natural, duro, sin cuartel, sonaron los tambores de guerra y al momento se escucharon los "moches", los ataques y contra ataques.

Ambos equipos se debilitaron y con ello menguaron en sus aspiraciones. Un gabinete estatal dividido por las intenciones políticas de algunos de sus integrantes, hacía su aparición.

Y aparecía un partido político con fisuras como para enfrentar los señalamientos de la oposición, es decir, un Morena, que se mantiene sin brújula.

Un gobernador, Jaime Bonilla que se pelea con empresarios y políticos opositores.

En este escenario podrían surgir figuras que desde los ayuntamientos y, alejados del carnaval político que se traen en el gabinete estatal, estarían listos para emanciparse.

Surgen voces que hablan de la necesidad de fortalecerlos para, en caso de crisis mayor, tenerlos a mano.

El alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz podría levantar la mano en este contexto.

Con un equipo de trabajo consolidado, amalgamado con experiencia política en la secretaría del Ayuntamiento, con Carlos Murguía Mejía, así como técnica en las diferentes áreas de trabajo, para dar una respuesta ciudadana.

Para los alcaldes que aspiren no sólo a ser reelectos, sino dar un paso enfrente como posibles candidatos a la gubernatura deberán direccionar sus propuestas concretas, sus causas viables.

Tijuana y Mexicali representan casi el 80% del padrón electoral, por eso, ante el ruido externo en el gabinete de donde originalmente se dice podría salir el abanderado de Morena a la oficina principal del tercer piso del Ejecutivo estatal, los alcaldes de ambas municipalidades deberán trabajar a marchas forzadas, si aspiran a tener esa distinción.

Es evidente que los ediles están limitados a un municipio, por más que concentren la gran parte del padrón, sobre todo pensando que los nombres que se han mencionado son secretarios estatales e incluso delegado federal.

Pero bien, el tijuanense González Cruz le apuesta a su experiencia, relación con empresarios, conocimiento del municipio, trabajo con funcionarias mujeres que pueden darle una visión de equidad, además del equilibrio político con Murguía Mejía, que representaría una política de manejo de mano derecha e izquierda.

Cierto es que la apuesta es grande, debido a la grave situación de inseguridad que vive Tijuana, el reto de la urbanidad, unido a las asignaturas obligadas para los alcaldes, como son la prestación de los servicios inmediatos para la población como es la limpieza de la ciudad, proteger el medio ambiente, el transporte público.

Un gobierno participativo capaz de responder a las necesidades de los ciudadanos, con planes precisos, concisos y macizos.

A río revuelto, y reitero ante un gabinete sobre expuesto, manchado, cuestionado, con serios señalamientos, los alcaldes pueden levantar una bandera, acompañada de un respiro para Morena, que no cuenta con cuadros fuertes y que tiene simpatizantes más que militantes comprometidos.

En la próxima entrega hablaremos de la alcaldesa de la capital del estado, Marina del Pilar Ávila Olmeda y el ruido que podría generar ante la crisis política en el gabinete estatal.

La verdad sea dicha.



* La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.

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