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2ª gran mañanera

Así pienso debería calificarse el informe presidencial del pasado martes 1 de septiembre porque no hubo nada nuevo que informar y sí mucho reiterado en las cientas de conferencias mañaneras y videos de fin de semana. También faltaron cosas que no se mencionaron y debería ser parte de un informe.

Así pienso debería calificarse el informe presidencial del pasado martes 1 de septiembre porque no hubo nada nuevo que informar y sí mucho reiterado en las cientas de conferencias mañaneras y videos de fin de semana. También faltaron cosas que no se mencionaron y debería ser parte de un informe.

Como en las mañaneras, el segundo informe no fue la excepción, los ciudadanos se convirtieron sólo en espectadores porque no hubo posibilidad de exigir, de cuestionar cuando menos por los legisladores ya que no se hizo en el Congreso de la Unión, observadores de mensajes propagandísticos previos y después del informe (como lo han hecho todos los presidentes). Cuando menos faltaron de escuchar del mandatario los siguientes puntos.

Primero, los abusos de poder, la discrecionalidad para asignar gastos y definir directamente y sin licitaciones a los desarrolladores de proyectos. Un segundo tema que no escuchamos fue el desmantelamiento de instituciones y en algunos casos la designación a modo de titulares que no cubren el perfil, o que también se da en puestos públicos y dependencias como petróleos mexicanos, la secretaría de energía, la Cofepris en proceso de extinción y el fondo de cultura, entre otros. Un tercer aspecto omitido, aunque fue mencionado, es lo relativo a programas sociales pues si bien dijo que 7 de cada 10 familias reciben recursos, no se tiene claro cómo ha beneficiado en el cierre de la brecha de desigualdad, no se tiene con claridad las reglas de operación ni tampoco se cuenta (a dos años de gobierno) una evaluación seria para saber cómo, a quien y que efectos están teniendo los recursos asignados.

Un punto primordial que no fue considerado y es importantísimo pues se trata de un derecho, fue el de salud. Si bien se dijo algo sobre la pandemia y que se reconvirtieron 969 hospitales para atender afectados, no se reconoció que se actuó a destiempo (en las compras de equipo y capacitación al personal de salud, y sin poner el ejemplo gubernamental de sana distancia y uso de cubrebocas), no se reconoció el gran problema que hay detrás de su gravedad de contagio, de pruebas y rastreo de contagiados y la deficiente estructura asociada al sector salud.

Sector, que dicho sea de paso, se le cortaron recursos, en el que no se ha regularizado el abastecimiento de medicamentos y se comprarán en el extranjero sin cumplir proceso de normalización (y quitando oportunidad de producirlas en México por trabajadores mexicanos) y, lo peor de todo, es que se han desatendido cientos quizás miles de enfermos a los que por meses se les han pospuesto operaciones no relacionadas con el virus o pacientes sin tratamientos con padecimientos crónicos, como ha sido evidenciado en niños con cáncer y leucemia. En el tema de salud, también se omitió decir que no ha sido positivo el desaparecer el Seguro Popular para dar paso al deficiente Insabi. Así como vamos a tener un sistema tipo país nórdico como en varias ocasiones ha dicho el presidente.

Escuchamos en el informe que se han sembrado mil 100 millones de árboles frutales y maderables, pero no se reconoce que otros programas como el sembrar formación nombrado Jóvenes Construyendo el Futuro no han dado los resultados esperados y cada vez hay más desánimo de los potenciales beneficiarios para inscribirse.

Hasta aquí los primeros apuntes sobre el segundo informe. En el próximo espacio, abordaré algunos aspectos de la situación económica.

* El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

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