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Presenta Museo del Kremlin cara ‘renacentista’ del emperador Pedro I

La exhibición, titulada "Pedro. El Primero. Coleccionista, investigador, artista", busca romper la imagen del zar de mano dura empeñado en salir del oscurantismo.

Moscú, Rusia

El Museo del Kremlin inaugurará este sábado una peculiar exposición que muestra al emperador ruso Pedro I como una personalidad contradictoria, comparable a los "titanes del Renacimiento", alejado de los estereotipos del zar déspota y laborioso.

"Lo que hizo Pedro I aquí en Rusia es comparable a la obra de los titanes del Renacimiento: una renovación del espacio cultural. Y esta renovación o cambio del códice cultural fue la que quisimos mostrar en esta exposición", declaró Vasili Novosiólov, comisario de la muestra.

La exhibición, titulada "Pedro. El Primero. Coleccionista, investigador, artista", busca romper la imagen del zar de mano dura empeñado en salir del oscurantismo y modernizar el país a la fuerza, al mostrar mediante los objetos atesorados por él la inquietud de una persona empeñada en estudiar, aprender, investigar, crear y capaz de admirar y generar belleza.


"Se le suele ver como el zar-carpintero, el zar-guerrero, creador de la Armada Rusa, eterno trabajador entronado, cuya labor se asocia más con el hacha, que unas veces sirve para construir y otras para ajusticiar", dijo Novosiólov.

Para el comisario, este "principio fuerte, represor, oculta la otra parte de la personalidad de Pedro, monarca contradictorio que tenía la integridad de una persona renacentista".

Es esta cualidad la que rescata la muestra.


Pedro I: El primer coleccionista ruso

Y es que la exposición reúne más de 200 objetos de las colecciones privadas del primer emperador ruso, que van desde símbolos de la realeza hasta documentos históricos, joyas, piezas de arte decorativo, obras de arte, monedas y medallas, herramientas, un torno de madera del emperador y equipos de medición y navegación.

La muestra, que se extiende por dos edificios del complejo de museos del Kremlin, el campanario de Iván el Grande y la Iglesia de la Deposición del Manto de la Virgen, presenta a un político preocupado por impulsar radicalmente la cultura y la ciencia de su país.

"En esencia, Pedro I fue el primer coleccionista ruso. Todas las principales colecciones de los museos rusos más importantes están muy vinculadas a su figura. De hecho se puede decir que la museología rusa surgió justamente gracias a él", estimó el experto.


Entre las piezas de la exposición se encuentran trofeos de la batalla de Poltava en la que el Ejército ruso venció a las fuerzas suecas lideradas por Carlos XII, a mediados de 1709.

Pedro I ordenó exponerlos en la armería del palacio Preobrazhenski de San Petersburgo por su valor histórico, con lo que se marcó un nuevo concepto de las colecciones, abierto a un público más amplio.

Abrir Rusia al mundo y el mundo a Rusia

La muestra destaca además por presentar la forma en que Pedro I buscó abrirse a la Europa de su siglo, al presentar tanto los objetos que trajo de sus viajes como aquellos a los que tuvo acceso durante sus "Grandes Embajadas" y que hoy atesoran museos europeos.


La "Gran Embajada" de 1697 fue la primera de una serie de misiones diplomáticas rusas por varios países de Europa occidental en la que participó de incógnito el propio zar, bajo el pseudónimo de Pierre Mijáilov, durante las cuales el principal objetivo era forjar alianzas y aprender.

El público puede ver piezas no solo de la colección del Museo del Kremlin u otros museos rusos, sino también objetos pertenecientes al Museo Marítimo Nacional de Greenwich, el Museo de Ámsterdam y el Museo de Dresde, entre otros.

Se trata de piezas atesoradas en los lugares que visitó Pedro I, objetos que él vio e incluso sostuvo entre sus manos durante sus viajes a Europa, para mostrar cómo estas experiencias conformaron su personalidad.


"Todo lo que Pedro I aprendía trataba de aplicarlo luego en Rusia y convertirlo en parte de su política", resumió Novosiólov.

La amplia exposición, que se mantendrá abierta al público hasta el 8 de marzo de 2020, es la primera actividad de todo un conjunto de eventos que se celebrarán a lo largo de tres años en honor al 350 aniversario del natalicio del célebre emperador ruso.

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