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El Imparcial / Estilos / Reina Isabel II

El día que Isabel II "saltó en paracaídas" durante apertura de Londres 2012

Con la reciente ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, es imposible no recordar el día en que la reina de Reino Unido fue “rescatada” por James Bond para llevarla al estadio.

REINO UNIDO.- Hace 9 años los Juegos Olímpicos se llevaron a cabo en Londres y para la ceremonia de apertura, la Reina Isabel II accedió a ser la protagonista de un corto junto a nada menos que James Bond (bueno, Daniel Craig), que es el actor que le da vida al personaje desde 2006.

Dicho cortometraje de 6 minutos fue dirigido por el cineasta Dany Boyle, y se transmitió durante la ceremonia para simular la llegada de la Reina al Estadio Olímpico, todo fue perfectamente calculado para que pareciera que se había aventado en paracaídas del helicóptero, detalle que fascinó a todos los presentes.

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En el vídeo se ve como James Bond llega al Palacio de Buckingham, lo que es una excelente manera para ver por dentro el espectacular lugar mientras Bond se acerca a la habitación en la que se encuentra Isabel II. Y claro que no podían faltar los corgis en la escena, mascotas de la monarca.

A la Reina le encantó tanto la idea cuando se la presentaron en 2011 que fue ella misma quien sugirió decir unas líneas en el corto: “Por supuesto que debo decir algo. Después de todo, él viene a rescatarme”, dijo la soberana, esto lo reveló en un libro Angela Kelly, diseñadora cercana de Isabel II, en 2019.

Le dieron dos opciones, decir “Buenas noches, James” o “Buenas noches, Sr. Bond” y su elección fue la última frase, como buena conocedora de las películas. Además, la diseñadora creó dos atuendos idénticos, uno para el corto y otro para que la reina lo luciera en la apertura.

Evidentemente no es ella quien salta desde el helicóptero, pero el corto está perfectamente hecho y en el momento justo, la reina hace su entrada triunfal al estadio junto a su esposo, el Duque de Edimburgo (q.e.p.d), donde la recibieron con una gran ovación de pie.

Nadie puede negar que es la mejor entrada en la historia de los Juegos Olímpicos, misma que seguramente será recordada por muchos años más.

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