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Yo, Claudio

Los opositores están en todo su derecho, no sólo de criticar al Gobierno, sino también de hacer lo posible para derrotarlo políticamente.

Acabo de leer una leyenda en un cuadro de Marcus Muntean que me ha hecho recordar a Claudio X. González. Un pensamiento inquietante considerando que la vi en un museo de Viena, a 10 mil kilómetros de distancia de la lluvia interminable de dimes y diretes en que se ha convertido el debate público en México.

La frase, al pie de una pintura de dos chicos de mirada arrogante y traducida del inglés, dice así: “Todo mundo tiene una idea de libertad que no permite a nadie tener otra”. Esa mañana había visto un tuit del presidente fundador de Mexicanos Contra la Corrupción, que había conseguido olvidar por unas horas, hasta que el cuadro de Muntean lo invocó.

En su tuit, Claudio X. afirma que “La llamada 4T, una gran farsa, acabará mal, muy mal. Hay que tomar nota de todos aquellos que, por acción o por omisión, alentaron las acciones y hechos de la actual administración. Y lastimaron a México. Que no se olvide quien se puso del lado del autoritarismo populista y destructor”.

Supongo que el empresario no advierte el profundo autoritarismo que encierran estas líneas en su propia crítica contra el autoritarismo que achaca a su oponente. Una especie de amenaza Torquemada en contra de los que hayan actuado diferente a su idea de país.

Puedo entender que muchos no estén de acuerdo con las propuestas de López Obrador. Incluso quienes simpatizamos con algunas o muchas de sus causas, no siempre coincidimos con la forma de aplicarlas.

Los opositores están en todo su derecho, no sólo de criticar al Gobierno, sino también de hacer lo posible para derrotarlo políticamente.

Lo que cuesta trabajo entender es esa idea de democracia que anula la idea de democracia de los otros.

“Los que alentaron las acciones y hechos de la actual administración” fueron más de la mitad de los mexicanos que votaron por AMLO. Claudio X. también tendrá que tomar nota del 62% de la población que aprueba al Presidente y le da el apoyo popular que necesita, porque ellos también lo están alentando.

Buena parte de la justificación de estos líderes de la sociedad civil para oponerse al Gobierno de la 4T surge de su molestia por el carácter antidemocrático que atribuyen al obradorismo. Pero, de entrada, abordan a López Obrador como si fuese un Presidente que no merece estar en Palacio, pese a que la mayoría de la población quiera verlo allí. Como si la única legitimidad democrática deriva del voto “inteligente” (el suyo), que durante años encumbró al PRI y al PAN, y no del de las mayorías “arrastradas por la demagogia y el resentimiento” que votaron por Morena.

No parecen darse cuenta de que el país que vota así es el país que ellos construyeron. Si de veras está tomando nota, tendría que comenzar por apuntar los nombres de las propias élites, porque ellas edificaron una sociedad en la que las mayorías son sectores populares que votan por alguien que habla en nombre de los pobres. Si hubieran construido un país menos desigual, con mayorías constituidas por las clases medias, ahora no tendrían que lamentarse de que Morena gane las elecciones gracias al sentimiento de agravio de tantos.

Y, por otro lado, me preguntó que hará Claudio X. con las listas en las que estaría anotando a todos los que por acción u omisión hemos alentado la posibilidad de un Gobierno ajeno al PAN y al PRI. Supongo que la idea de tomar nota tiene por objeto cobrar la factura a todos los ahí incluidos.

También asumo que no se trata de una advertencia gratuita, por el contrario, tiene como objeto hacer saber a todo aquel que expresa una idea distinta de Gobierno a la suya, que se lo piense dos veces o se atenga a las consecuencias. Una idea de “democracia” excluyente y punitiva de alguien incapaz de entender que exista razón o legitimidad en los que no piensan como él, así sean las mayorías.

Tuits como el de Claudio X. González muestran que las élites convertidas en oposición no son capaces de responder al tsunami político que ha modificado la realidad.

Acusan a López Obrador de querer regresar a México a un modelo superado, y ofrecen como alternativa su propio modelo superado.

Podemos debatir si lo que está haciendo el Gobierno de la 4T conviene o no a los mexicanos, pero lo que está claro es que en 2018 la mayoría de ellos expresó su rechazo a las opciones políticas de esas élites. Amenazarnos con una suerte de represalia velada por desear un país distinto al que ellos ofrecían, simplemente revela que no han entendido nada.

Jorge Zepeda Patterson es economista y sociólogo.

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