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Target

Lo que está ocurriendo con Target y especialmente la velocidad con la que se vio el impacto del boicot de sus ventas, estuvo relacionado con el tipo de mercancía en sí mismo pero también relacionado con el tipo de consumidor

El pasado miércoles el corporativo de tiendas al menudeo Target con sede central en Minneapolis, Minnesota, con puntos de venta en toda la Unión Americana que cuenta ya con casi dos mil tiendas -y ciertamente muy popular entre los compradores mexicanos próximos a la frontera con los Estados Unidos- comenzó el retiro de sus estantes de los artículos infantiles con motivos LGBT+.

La explicación de la portavoz de la empresa para desalojar de sus mostradores dicha mercancía es que “hemos experimentado amenazas que han afectado la sensación de seguridad y bienestar de nuestros empleados”, pero a la par con tal explicación ha trascendido que, a partir del rechazo por parte de un importante segmento de sus compradores (especialmente madres) a visitar sus tiendas, la empresa perdió, solamente en la primera semana a partir del boicot, unos nueve mil millones de dólares, tal y como exhibe el titular de la sección de negocios del New York Post digital del 25 de mayo recién pasado.

De hecho, hay diversos antecedentes de negocios que han sufrido pérdidas notables tras alguna campaña de boicot por temas similares como fue, por ejemplo, la caída del 26% en las ventas de la cerveza “Bud Light” en comparación con el año anterior debido a que se promocionó en sus envases con la imagen del rapero Bad Bunny, quien ha manifestado su respaldo a ciertos principios de la ideología de género como aquel pronunciamiento suyo de que ve la sexualidad como algo fluido (hoy eres esto, mañana lo otro) y que “al final del día, no sé si en 20 años me gustará un hombre; uno nunca sabe en la vida”.

Dicho colapso en las ventas de Bud Light se atribuyó a que muchos consumidores, sobre todo varones, dieron la espalda a su preferencia por esa marca de cerveza.

Esto pone sobre la mesa la muy entendible probabilidad de que Target, viendo su propia experiencia en tan pocos días de haber lanzado su colección LGBT infantil, observando que además su cotización en la bolsa de valores ya caía y sabedora de lo ocurrido a otros grandes como Budweiser, pues haya optado por detenerse: Es bien sabido que a no pocos negocios gigantes el dolor ocasionado por las pérdidas multimillonarias les ha obligado a un viraje hasta de 180 grados.

En el caso particular de lo que está ocurriendo con Target y especialmente la velocidad con la que se vio el impacto del boicot de sus ventas, estuvo relacionado con el tipo de mercancía en sí mismo pero también relacionado con el tipo de consumidor: Los niños, incluyendo los bebés, y también los púberes y adolescentes, lo cual explica que si bien en Bud Light el liderazgo del boicot lo llevaron, como decíamos, los varones, en el caso actual de Target el arrastre correspondió con notable inclinación a las madres, ya que son las madres -las abuelas y las suegras también-, las que tienen un poder de comunicación recíproca mucho mayor que les permitió sumarse a los llamados al boicot con mayor rapidez e incluso con algo que otros boicots no han logrado: Solidaridad, que es un sentimiento y actitud que suele provocar una verdadera reacción en cadena; se leyó que “sólo con madres fuertes se puede moderar a Target”.

La preocupación fundamental de las (y los) clientes de Target fue precisamente algo delicado tratándose de niños y púberes: La “hipersexualización” del niño y la difusión entre los menores de la agenda transexual.

Los artículos que uno se encuentra entre los cuestionados por las madres (y padres) son desde loncheras, zapatos, accesorios y otros objetos con estampados alusivos y rostros sugestivos, hasta prendas diseñadas a modo para el tema, como por ejemplo vestidos de baño confeccionados de tal manera que las y los púberes que deseen vestirse diferente puedan tener prendas que disimulen sus órganos íntimos, aplanen sus “bubis”, etcétera.

En el fondo la ideología de género no se propone como meta final resaltar de alguna u otra manera lo sexual, sino más bien desaparecer el sexo; el asunto del género es una mera etapa útil para llegar a ese verdadero propósito.

Médico cardiólogo por la UNAM. Maestría en Bioética.

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