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Tan bueno que no lo puedes ignorar

Muchas veces tenemos ciertos planes, pero las circunstancias de la vida no nos permitirán alcanzarlos, y lo mejor es aceptarlo.

Hay un libro escrito por Cal Newport, catedrático del MIT, sobre la importancia de que seas excelente en el servicio que brindas, que distribuyes o que fabricas en tu labor profesional que prácticamente sea imposible que te ignoren. Nos da la impresión que ese fue el caso del cardenal Joseph Ratzinger, más conocido como Benedicto XVI.

VEAMOS

En 1981 el papa Juan Pablo II lo nombra prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, uno de los más importantes. Estuvo trabajando muchos años en la curia Vaticano, y fue un prolífico escritor de libros y artículos. El papa Francisco ha declarado que es uno de los teólogos que servirá de soporte para muchos aspectos de la doctrina en los próximas décadas.

Años antes de que Juan Pablo II falleciera, ya era sabido que le había ofrecido la renuncia a su jefe -el Papa-, pero Juan Pablo II simplemente no lo dejó. A Benedicto XVI lo que le fascinaba era la cátedra universitaria y le interesaba regresar a Alemania para dar clases, pero no lo dejaron ir.

Aquí viene una enseñanza personal: Muchas veces tenemos ciertos planes, pero las circunstancias de la vida no nos permitirán alcanzarlos, y lo mejor es aceptarlo.

En 1977 cuando Pablo VI lo nombra obispo en Alemania tomó como lema episcopal el siguiente: Colaborador de la verdad. Afirmaba que expresaba muy bien su labor como profesor y ahora como obispo. Además, decía que lo más importe en la vida es conocer y seguir la verdad, y que desafortunadamente en estos tiempos la verdad la ocultan o no permiten que se manifieste porque la consideran muy grande para el hombre; sin embargo, cuando falta ésta, todo se desmorona.

CONCLUSIÓN

Hay una leyenda urbana de que cuando Juan Pablo II empezó a perder vitalidad, cuando cualquiera de sus colaboradores le llevaba un papel para firmar, les cuestionaba si ya lo había visto Ratzinger, y si le había puesto el VoBo. Y es entonces cuando lo firmaba. Tal era la confianza que le tenía.

Y precisamente cuando Benedicto XVI, ya siendo Papa, se siente débil para el puesto, anuncia algo que hacía siglos no ocurría: Renunció al puesto para que se procediera a elegir su relevo.

Nos da la impresión que esto fue un acto de valentía y coraje de Benedicto XVI.

Aplicación personal, habrá no una sino muchas situaciones de este tipo que enfrentar en la vida, donde si no tenemos la enjundia suficiente seguiremos teniendo resultados mediocres. De ahí la importancia, estimado lector, de ser tan buenos que no nos pueden ignorar.

Feliz año 2023, lo mejor para ustedes, estimados lectores, y gracias por aguantarnos un año más.

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