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Nocaut a la economía

Hace cinco días, el mandatario presentó la iniciativa en cuestión

De prosperar la reforma energética propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la economía nacional recibirá un “golpe en la puntilla” y la recesión llegará para quedarse… un verdadera calamidad.

Con la CFE funcionando como antaño, como un auténtico monopolio, el costo de la “energía sucia” aumentará y las tarifas domésticas, comerciales e industriales se irán a las nubes. Las inversiones tenderán a la baja, también el empleo, crecerá la inseguridad pública y en este círculo desastroso, se frenará aún más la planta productiva.

Luego entonces, la competitividad en México tenderá a retroceder varias décadas y la economía en lugar de acercarse al selecto grupo de los 10 países más potentes del mundo se alejará irremediablemente de ellos y los estándares de vida de los mexicanos caerán a niveles de las naciones más pobres con ingresos anuales por persona retrocediendo sin parar.

Así, el pegajoso lema “primero los pobres” se cumplirá, pero al revés, con cada vez más familias en condiciones de emergencia económica.

Esta película es de auténtico terror, pero pareciera que ese es el plan del jefe del Ejecutivo federal.

Para que tal reforma pueda abortarse, dependemos en la Cámara Baja de los legisladores priistas que suman 71. Los panistas y perredistas ya se pronunciaron en contra, pero los tricolores le meten suspenso al anunciar que harán foros de análisis para después pronunciarse sobre la iniciativa amlista. El “Primor” agarra fuerza.

La aprobación de esta aberración energética (que va a contracorriente del cambio climático y las energías limpias) requiere de 331 votos en la Cámara de Diputados.

Morena y sus aliados suman 278 por lo que le hacen falta 53 para la mayoría calificada.

En el Senado los del partido guinda necesitan 86 votos. Hasta ahora el partido del Presidente y sus fieles cuentan con 76, por tanto, les hacen falta al menos 10 votos.

El PRI detenta doce curules en la Cámara Alta por lo que no son pocos los que apuestan a que los votos requeridos terminarían siendo tricolores.

López Obrador, como buen ex priista, le tiene fe al partido que lo vio nacer en la política.

MÁS INCERTIDUMBRE

Hace cinco días, el mandatario presentó la iniciativa en cuestión, que busca reformar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución y nueve transitorios.

El Presidente asegura que con la reforma se fortalecerá el papel del Estado en la conducción del sistema eléctrico nacional y garantizará la seguridad energética, como condición necesaria de la seguridad nacional.

Sin embargo, para el empresariado, esos son argumentos carentes de toda racionalidad que conllevan riesgos. Uno de ellos es que dañará de manera negativa la ejecución de contratos ya firmados por empresas inversionistas con el Estado mexicano y se enviaría una nueva señal a los prestatarios nacionales y extranjeros sobre la vulnerabilidad del Estado de Derecho.

Al mismo tiempo se elevará el riesgo de acciones judiciales nacionales e internacionales en contra del Gobierno mexicano debido a la posible violación del espíritu del T-MEC en materia de trato no discriminatorio, inversiones, expropiaciones indirectas, así como la venta y compra por parte de empresas del Estado y monopolios, lo cual disparará los costos del propio Estado mexicano y reduciría la capacidad operativa de la CFE.

De por sí México se tambalea y la autoridad misma se afana todos los días en debilitarnos más.

AHORA TRAS EL LITIO

Ya encarrerado el Gobierno lopezobradorista en reforzar una economía mixta más ladeada a la empresa pública, sumará otro recurso natural a los activos de la Federación.

Para ello propone al Congreso una reforma constitucional que prohíbe la entrega de nuevas concesiones a privados para la explotación del litio; mineral que abunda en Sonora.

En tal reforma se establece que para la explotación de litio sólo va a poder hacerlo la nación, ya que todo el mineral de litio que hay en el subsuelo de la Patria es de los mexicanos.

Para tal efecto el mandatario propone una adición al artículo 27 de la Constitución, en la que se establece la nueva limitante, ya que sólo el Estado estará a cargo de la producción de dicho mineral.

A la fecha hay ocho concesiones otorgadas para la posible explotación de litio y quedarán vigentes, siempre y cuando acrediten ante la CFE y ante la Secretaría de Energía que han iniciado el proceso de exploración y que están en los términos previstos para empezar la producción. Abundan las advertencias contra la IP.

Javier Villegas Orpinela tiene maestría por el Itesm, economista UANL y diplomado en Northwestern University. Director de la revista Correo y profesor de Economía en la Unison.

jvillegas@correorevista.com

Twitter: @JvillegasJavier

Facebook: Javier Villegas Orpinela

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