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Mirador

El hombre no tiene amigos. Tuvo uno, profesor, otro médico y otro ingeniero. Dejó de verlos

MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE

El hombre se pasa los días y las noches trabajando en una reproducción de la Torre Eiffel. Medirá 5 metros de altura y está hecha con palillos de dientes.

No hace otra cosa el hombre. Su esposa se contrató de afanadora en un hotel a fin de tener lo necesario para dar de comer a sus tres hijos. Y a su esposo, el de la Torre Eiffel. Ah, y para comprarle los palillos de dientes y el pegamento que requiere para su magna empresa.

El hombre lleva ya 10 años trabajando en eso, y apenas va en el primer piso de la torre. Dice que la lentitud en su trabajo se debe a la mala calidad de los palillos, de lo cual culpa a su mujer. Cuando termine su obra, afirma, esta atraerá más visitantes que el original. Entonces todos los que lo juzgan loco lo considerarán un genio visionario.

El hombre no tiene amigos. Tuvo uno, profesor, otro médico y otro ingeniero. Dejó de verlos. Dijo:

-No son gente seria.

¡Hasta mañana!

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