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Mirador

...al buen Dios le gusta la gente que trabaja, y le gusta también la gente que canta

MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE

"Cantando la cigarra pasó el verano entero".

Cuando llegó el invierno no tuvo qué comer.

Fue con la hormiga, que había trabajado todo el año y tenía colmados sus graneros.

-Dame un poco de pan -le suplicó.

La hormiga era de corazón duro y le cerró sus puertas. La cigarra feneció de hambre.

El Señor se compadeció de ella y la llevó a su Cielo. Ahí canta en el coro de los ángeles y los arcángeles, de los serafines y los querubines. En las noches sin viento, si aguzas el oído, puedes oír la canción de la cigarra.

Cuando murió la hormiga el Señor tuvo también piedad de ella y la llevó a su casa. Allá la hormiga sigue trabajando, pero acá no se escucha el ruido que hace al trabajar.

De todo esto deduzco que al buen Dios le gusta la gente que trabaja, y le gusta también la gente que canta. Por eso tanto la hormiga como la cigarra están en la morada celestial. Pero ambas estarían a la derecha del Padre si la cigarra hubiera trabajado un poco más y cantado un poco menos, y si la hormiga hubiera trabajado un poco menos y cantado un poco más.

¡Hasta mañana!

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