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México y la clase media

¿En qué País vive Andrés Manuel López Obrador? Reniega de una clase media a la que tilda de “aspiracionista”, el problema es que lo usa de manera peyorativa, como si fuera un pecado capital

¿En qué País vive Andrés Manuel López Obrador? Reniega de una clase media a la que tilda de “aspiracionista”, el problema es que lo usa de manera peyorativa, como si fuera un pecado capital. Aspiración, según la RAE, es la “acción y efecto de pretender o desear algún empleo, dignidad u otra cosa”. En la óptica de AMLO, si alguien desea ese progreso es malo, al menos así lo presentó, aunque en el fondo estaba enojado porque trataba de culpar a ese sector de la población por la derrota que su partido sufrió en la CDMX.

Se confunde el Presidente, pero nadie lo contiene, nadie le aclara, nadie lo confronta. Sus colaboradores parecen no existir y no pueden hacerlo entrar en razón. Ayer, en su conferencia matutina, fue más allá: “Sí queremos una clase media, queremos sacar de la pobreza a millones de mexicanos, para construir una clase media más humana, más fraterna, más solidaria”.

Mmmh, ¿más fraterna y más solidaria? El mexicano es, por naturaleza, solidario, fraterno, muy humano y ha dado muestras de ello a través del tiempo. Las catástrofes que nos han perseguido las últimas décadas sacaron lo mejor de nosotros. Centros de acopio para personas afectadas por terremotos, huracanes, incendios, por el frío extremo, por el calor. Personas en la calle pidiendo ayuda y siempre hay una mano dispuesta a responder.

¿Será que el Presidente no sabe cómo nació y cómo se mantiene el Instituto Kino, en Hermosillo?, ¿la Fundación Esposos Rodríguez?, ¿el Albergue Alejandría Camou de Tapia?, ¿la Fundación RAS?, ¿Fundación Ganfer?, ¿la Casa Guadalupe Libre? Esas solamente en Hermosillo y me vinieron a la mente sin necesidad de utilizar el buscador de Google.

Quizá no sepa que hombres y mujeres de la clase media se indignaron por los excesos abusivos del PRI del siglo pasado y no dudaron en manifestarse, salir a las calles, participar en política de manera activa, a pesar de que era más fácil seguir en sus hogares, tranquilos, trabajando cada día con su presente y futuro asegurado. Fueron perseguidos, arriesgaron sus vidas, pero la democracia se instaló en este País, con la creación de un instituto que se encarga de que el voto sea respetado.

En su megalomanía piensa que el Cambio en México se debe solamente a él y sus años buscando la Presidencia. No, ese cambio se gestó desde finales de los sesenta (cuando él era militante priista) y fue cristalizado justo en el 2000, cuando el voto popular expulsó al PRI de Los Pinos.

Eso se logró gracias a la lucha y convicción de todo el pueblo. Fue realidad gracias a que la, ahora degradada por él, clase media empezó a prepararse, conocer sus derechos y participar desde sus trincheras en el avance de un México que estaba en manos de forajidos con color diferente. La prensa tuvo también un papel clave, aunque él y sus seguidores ahora sufran de memoria selectiva y tilden de “chayotero” a todos los que seguimos hablando de los excesos en el poder… no les conviene porque ahora ellos creen tener todo ese poder.¡Son tan parecidos a los priistas de aquellos tiempos!

Ahora resulta que el señor quiere una clase media más solidaria, humana y fraterna. Ya existe, pero le molesta porque no está dispuesta a apoyar sus caprichosos arrebatos, que lo hacen cometer el error de pensar que tiene la única verdad sobre nuestras necesidades, nuestro presente y nuestro futuro.

Si abriera su panorama, si respetara la forma de pensar de los demás y entendiera la historia de quienes sí hemos trabajado para salir adelante podría actuar diferente. Pero es muy difícil hacerlo cuando te has dedicado por años a vivir de los demás, con el pretexto de querer defenderlos y darles justicia.

Covid

Terminaron las campañas, dejamos el verde (qué conveniente), volvimos a amarillo, luego a naranja y así. Enfrentamos una dura realidad. Mientras los bares siguen abiertos sin restricciones y el resto de lugares públicos están más que relajados, nos enteramos que hay 30 muertos que ya habían sido vacunados, seis de ellos con la doble dosis. Eso es una emergencia, pero como que nadie quiere darse cuenta. La pandemia está aquí, tan presente y letal como todo el año pasado. Ahora tienen que decirnos cuál es la vacuna que está fallando. A los ex candidatos ni quien les vaya a reclamar por sus eventos con miles y miles. Así andamos en este mundo al revés.

Martín Holguín

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