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Mascarillas

Ayer el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, afirmó que no es necesario que la gente común y corriente utilice mascarillas en su vida cotidiana. Sin embargo, la alcaldía de Benito Juárez en la CDMX y el Gobierno del estado de Tamaulipas, entre otros, han ordenado su uso obligatorio fuera de casa.

FRASE

"Todas las sociedades terminan portando máscaras".

Jean Braudillard


Todavía ayer el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, afirmó que no es necesario que la gente común y corriente utilice mascarillas en su vida cotidiana. Sin embargo, la alcaldía de Benito Juárez en la Ciudad de México y el Gobierno del estado de Tamaulipas, entre otros, han ordenado su uso obligatorio fuera de casa. El problema es que no hay mascarillas disponibles en supermercados o farmacias. Las hay solamente en un mercado negro que crece cada vez más.

No solo el Gobierno mexicano desaconseja el uso de mascarillas para la población en general. En su página de Internet, la Organización Mundial de la Salud dice: "Si está usted sano, sólo necesita llevar mascarilla si atiende a alguien en quien se sospeche la infección por el 2019-nCoV. Lleve también mascarilla si tiene tos o estornudos. Las mascarillas sólo son eficaces si se combinan con el lavado frecuente de manos con una solución hidroalcohólica o con agua y jabón. Si necesita llevar una mascarilla, aprenda a usarla y eliminarla correctamente".

Hasta hace muy poco, el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos también desaconsejaba el uso de mascarillas. El 3 de abril, sin embargo, cambió su posición. Las mascarillas -señalan las nuevas directrices- deben ser portadas por todos, menos por infantes, "en lugares públicos en donde otras medidas de distancia social son difíciles de mantener", como en supermercados y farmacias. No deja de ser relevante que el presidente Donald Trump subrayó que la medida no es obligatoria y que él no la adoptaría: "Puedes hacerlo -dijo-, pero no tienes que hacerlo. Yo he decidido no hacerlo".

Los países del Asia Oriental, donde el uso de mascarillas es habitual, han tenido tasas de contagio y de muertes inferiores a las de otros países donde esta práctica no es común. No sabemos realmente, empero, si esto es consecuencia de las mascarillas o de mejores prácticas de higiene y de distancia en estas sociedades.

"Lo que más nos preocupa por las mascarillas es que se relajen las otras medidas de prevención", explica el doctor Mauricio Rodríguez Álvarez, del departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Debe ser una mascarilla que cubra la nariz y la boca; no debe la persona estar tocando la mascarilla para no contaminarla; además, hay que lavarlas, cosa que nadie parece hacer. El uso de la mascarilla no significa que deba uno dejar de lado el lavado frecuente de las manos. Las mascarillas no proporcionan una protección confiable.

Las mascarillas se han convertido, más que en un dispositivo de protección contra contagios, en una forma de expresión personal. Quizá sea inevitable, si consideramos que cuando se usan se convierten en lo primero que ve uno de la persona. En Asia se considera una grosería que alguien que tiene una afección respiratoria no la use. En México las órdenes de emplearlas, a pesar de que no están disponibles en los mercados formales, son una especie de desplante de rebeldía frente a un Gobierno federal que se aferra a desaconsejar su uso.

En todo el mundo hay un creciente reconocimiento de que las mascarillas no otorgan una protección total, pero sí pueden disminuir la posibilidad de contagios en ciertas circunstancias. Usarlas en el transporte público y en mercados o supermercados puede ser una buena práctica. El problema es encontrarlas.

MÁS DE LO MISMO

Ahora es el FMI el que pronostica un desplome de 6.6% de la economía mexicana en este 2020. El presidente López Obrador ha prometido anunciar medidas de recuperación este jueves, pero al parecer será más de lo mismo. El Gobierno prefiere dar subsidios a sus clientelas que generar empleos y usar el poco dinero disponible para los proyectos del Presidente y no para reactivar la economía.

CV: Sergio Sarmiento es periodista y analista político/ comentarista de televisión.

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