La exagerada ineptitud
Cuando el gobernante se instala en una realidad paralela, ahora que eso del multiverso está de moda, los problemas se harán cada vez más grandes.
Mientras Alfonso Durazo habla de exageraciones, la realidad dice que es un político más, de esos que hemos padecido por décadas. Los “perfectos” del #NoPasaNada. Para él y su equipo, todo está en orden y los medios sacan todo de contexto. Su discurso pasa por lo mismo de siempre: Números alegres, frases bonitas y, ahora, los hashtags triunfalistas con una tierra de oportunidades y babosadas así.
Mientras él no quiera ver la realidad será imposible. Su estrategia de seguridad, en caso que tenga una, no funciona. Poner a María Dolores del Río al frente no sonaba tan mal al inicio, pero no se preocupó por prepararse adecuadamente y tampoco integró un equipo capaz, que le diera luz para el camino. Siguió con “su gente” y así nunca va a poder.
En cada hecho de alto impacto salen con lo mismo. Sus mesas de seguridad no llevan a nada y de repente les da por visitar a las familias de las víctimas como si eso solucionara algo. No se ataca el problema de fondo. Suena mucho a Claudia Pavlovich, a quien aquí mismo critiqué porque su discurso siempre pasaba por el cliché de “cómo mujer, como madre de familia me siento consternada”, como si los sonorenses necesitáramos una mamá en lugar de una gobernante capaz y con liderazgo.
Con Durazo no ha sido diferente. Claudia cerró en Seguridad Pública con David Anaya, un muchacho ordenado y que había hecho carrera política al amparo de algún priista, pero que francamente no sabía gran cosa del tema. El fracaso fue rotundo, nunca pasó de las declaraciones sin fondo y, cuando ya no se podía, recurrían al llanto de Claudia.
Ahora, a la ineptitud y falta de buen equipo de María Dolores, se agrega a un Gobernador omiso, que se niega a ver la realidad y repite una y otra vez que la inseguridad es un mito, un invento de algunos medios que están exagerando cada día.
La exagerada ineptitud nos dice que el domingo, en Caborca hubo un enfrentamiento entre sicarios (generadores de violencia, para él y su secretaria que ni siquiera pueden llamar por su nombre a los criminales), con varios muertos y heridos. En la lista de personas ejecutadas se habla de dos daños “colaterales”, uno de ellos un empresario. Pues, con la novedad señor Durazo que este hecho derriba su declaración de hace una semana cuando decía que los ajustes de cuentas eran entre ellos y el pueblo no debía preocuparse. Oops.
Hubo 44 ejecuciones en Cajeme durante febrero y van casi 50 en marzo. Bola de exagerados, ha de pensar. Lo peor es que casi nadie le exige cuentas. La oposición está desaparecida o la compró para su Congreso. Aceptan sus rollos mañaneros de los martes como si fuera la última verdad del universo. Ahí habla de millones y millones para obras que están en su mente o de las vacunaciones contra la rabia.
Su estilo no sorprende porque lo aprendió directamente de AMLO. Negar los hechos es más fácil y sembrar paleros en sus conferencias le simplifica todo. Para Durazo la inseguridad es un mito como la producción doméstica de fentanilo lo es para el Peje. Hablan con tal vehemencia que sus fans les justifican cualquier cosa.
Cuando el gobernante se instala en una realidad paralela, ahora que eso del multiverso está de moda, los problemas se harán cada vez más grandes. A los políticos eso no les preocupa porque piensan solamente en la siguiente elección que creen van a ganar gracias al dinero que siguen regalando a su base votantes. Lastimoso.
LA MARCHA
Y el Presidente sigue en problemas. Para los que gustan de analizar sus acciones es claro que se siente rodeado, inseguro. Necesita el acarreo de miles de personas al Zócalo para sentirse feliz y hacer creer que es más fuerte que el pueblo que lo cuestionó hace dos semanas en ese mismo lugar.
El pretexto fue hacer un festejo por la expropiación petrolera, pero eso no se lo creen ni sus chairos más fanatizados porque está en su quinto año y es la primera vez que se le ocurre un “evento” de este tamaño. Ahora resulta que el número 85 (número de años transcurridos desde 1938) es algo icónico para el señor. En fin, que se siga creyendo sus cuentos y sus lacayos aplaudiendo.
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