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La Navidad ilumina nuestra vida

Un sacerdote de Brasil había puesto una casa de asistencia para los niños que recogía de la calle. Ahí los atendía, los cuidaba y formaba. Un día se escapó un niño, que parecía el mejor de todos.

1) Para saber

Un sacerdote de Brasil había puesto una casa de asistencia para los niños que recogía de la calle. Ahí los atendía, los cuidaba y formaba. Un día se escapó un niño, que parecía el mejor de todos. El sacerdote preocupado se preguntaba la razón por la que se había ido. Decidió ir a buscarlo por los barrios más miserables. Al fin lo encontró y el niño regresó feliz con el sacerdote, quien le preguntó por qué se había ido. El niño le respondió: “Quería saber si era verdad que me querías. Lo comprobaría si me encontrabas”.

Con la Navidad, nosotros comprobamos que Dios nos quiere, pues ha venido a buscarnos y salvarnos. La Navidad nos demuestra que le importamos a Dios. El papa Francisco se pregunta: “¿Por qué el belén suscita tanto asombro y nos conmueve?” Y responde: “Porque manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez… en Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado”.

2) Para pensar

Existen muchas pinturas, de muchos estilos, que han representado el Nacimiento de Jesús. Algunas ilustran la presencia de los pastores ola adoración de los Magos; otros subrayan la relación entre Jesús y su Madre. Y hay algunas que tienen una peculiaridad: La oscuridad de la noche sólo es iluminada por el niño Jesús, quien es la única fuente de luz. Desde el Niño recostado en el pesebre se irradia toda la luz que ilumina toda la escena. Esto se aprecia, por ejemplo, en pinturas de Rubens o Rembrandt, significando que Jesús es la Luz del mundo.

Siguiendo con su reflexión sobre el significado de los componentes del “Nacimiento”, el papa Francisco se detiene en el cielo estrellado en el silencio de la noche. A veces, dice el Papa, el hombre se encuentra solo ante el firmamento y comprueba su pequeñez. Entonces se hace preguntas decisivas sobre el sentido de su existencia: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento? ¿Por qué amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré?

Dios nos responde a esas preguntas. Se hizo hombre para darnos luz y respuesta a las preguntas decisivas sobre nuestra existencia. Trae luz donde hay oscuridad e ilumina a quien está en las tinieblas del sufrimiento. Pensemos si nos acercamos a esa Luz.

3) Para vivir

Poner el “Nacimiento”, dice el papa Francisco, es un ejercicio de fantasía creativa, para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se aprende desde niños: Cuando papá y mamá, los abuelos, transmiten esta alegre tradición de rica espiritualidad. Por ello el Papa espera que esta práctica nunca se debilite y que, donde hubiera caído en desuso, sea redescubierta y revitalizada.

Cada Nacimiento es como un Evangelio vivo, que surge de las páginas de la Sagrada Escritura. Si contemplamos la escena de la Navidad, nos sentiremos invitados a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Jesús que se hizo hombre para encontrarse con nosotros. Descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él.

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