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Ganar y perder

Si ganar es llegar primero, como en una carrera, Morena ganó la elección para diputados federales

"Lo más difícil de cualquier campaña política es ganar sin demostrar que no mereces ganar",

Adlai E. Stevenson.

Si ganar es llegar primero, como en una carrera, Morena ganó la elección para diputados federales. Según el conteo rápido del INE, el partido del presidente López Obrador obtuvo entre 34.9 y 35.8% de la votación y entre 190 y 203 diputados. Es un ligero retroceso sobre el 37.2% de 2018 que le redituó 191 escaños en la Cámara de Diputados. Si al final Morena concluyó la 64 legislatura con 253 diputados, 51.4% del total, con una sobrerrepresentación de 14.2% sobre el resultado en las urnas, fue por una serie de trampas que le permitieron violar el artículo 54 de la Constitución que limita la sobrerrepresentación a 8 puntos porcentuales.

Si ganar es obtener el mayor número de triunfos, Morena también es el vencedor en la contienda por gobiernos estatales. El partido oficial ha obtenido cuando menos 10 de 15 triunfos: Baja California, Baja California Sur, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. También parece cerca de llevarse Campeche, con Layda Sansores como candidata. El PAN consiguió un triunfo claro y cantado en solitario en Querétaro y otro en alianza con el PRD en Chihuahua, con Maru Campos como candidata. En San Luis Potosí encabeza la contienda el candidato del Partido Verde José Ricardo Gallardo mientras que en Nuevo León ganó Samuel García de Movimiento Ciudadano. El PRI no ganó ningún Estado. El gran vencedor en las contiendas estatales es Morena. No es el caso, sin embargo, de la Ciudad de México; este bastión de Morena y de la izquierda ha quedado ahora dividido, con la mitad centro-poniente apoyando a la alianza PAN-PRI-PRD y el oriente manteniendo un respaldo sólido a Morena.

Las victorias de Morena son particularmente importantes si consideramos que en las elecciones intermedias suele caer el respaldo del partido de Gobierno, pero especialmente ahora, cuando el país ha sufrido una brutal depresión económica y una pandemia que ha dejado 230 mil muertos oficiales y quizá 600 mil reales. El partido ha mostrado una resiliencia significativa que se fundamenta en la popularidad del presidente López Obrador y en los programas sociales que reparten dinero a millones de familias en el País.

Si el triunfo se mide no por el resultado mismo, sino por la expectativa de que Morena y sus aliados obtendrían una mayoría calificada para cambiar la Constitución a discreción, las cifras pueden ser interpretadas como una derrota. No olvidemos que el propio López Obrador declaró: "¿Qué va a pasar si declaran inconstitucional la Ley [de la Industria Eléctrica]? Va la reforma a la Constitución". Otras leyes señaladas como inconstitucionales requieren también enmiendas. Sin embargo, una vez prohibidas las artimañas que le permitieron a Morena obtener una exagerada sobrerrepresentación legislativa en 2018, los partidos del Gobierno han quedado muy lejos de una mayoría calificada que permita enmendar la Constitución. Morena y el PT juntos no alcanzan la mayoría absoluta; ni siquiera con el Partido Verde, que tuvo un resultado muy positivo, lograrían la mayoría calificada. Necesitarán negociar con otros partidos.

La votación del 6 de junio ha ratificado un equilibrio de poderes. El Presidente estará obligado a negociar con la oposición; y algunas de las reformas constitucionales, como la de "exterminar" al INE, en palabras del presidente de Morena, se volverán quizá imposibles.

Reforma judicial

Casualmente, un día después de la elección se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma al Poder Judicial, con su decimotercer transitorio que amplía el mandato del presidente de la Suprema Corte y de varios consejeros de la Judicatura. El tema tendrá que ser considerado por la propia Corte.

Sergio Sarmiento

Twitter: @SergioSarmiento

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