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Crecer sin deuda

En una cosa ha tenido razón el presidente López Obrador. No se necesitaba endeudar al País para lograr un fuerte rebote económico después del colapso de 2020

"La deuda es la enfermedad mortal de las repúblicas, la primera y más fuerte que debilita a los gobiernos y corrompe al pueblo",Wendell Phillips.

NUEVO VALLARTA, Jalisco.-

En una cosa ha tenido razón el presidente López Obrador. No se necesitaba endeudar al País para lograr un fuerte rebote económico después del colapso de 2020.

En los seis primeros meses de 2021 la economía nacional creció 7.4% en comparación con el mismo periodo de 2020. En el segundo trimestre de 2021, el avance fue de 1.5% frente al primer trimestre. No son cifras muy distintas a las de Estados Unidos, que tuvo en el segundo trimestre una expansión trimestral de 1.6% (aunque el Bureau of Economic Analysis, BEA, de EUA la anualiza a 6.5%, cosa que no hace el Inegi).

La gran diferencia es que el Gobierno estadounidense ha desplegado un enorme programa de gasto gubernamental, con dádivas enviadas directamente a empresas y personas físicas, y ha llevado el déficit de presupuesto a 14.9% del producto interno bruto (PIB) en el año fiscal 2020 y a 10.3 por ciento en 2021. Son los déficits más importantes en la historia de Estados Unidos desde 1945, el último año de la segunda guerra mundial. Muchos otros países han impulsado programas similares; lo hizo Colombia, por ejemplo, pero al tratar de subir impuestos para pagar el costo se enfrentó a violentas protestas. En México, en cambio, el déficit se ha mantenido bajo: 3.4% del PIB en 2021 y 4.7% en 2020, en su definición más amplia, los requerimientos financieros del sector público.

López Obrador ha sido prudente en materia de gasto público, lo cual es una de las razones por las que la inflación se mantiene razonablemente baja, aunque haya alcanzado niveles de 6%. El peso sigue estable.

Uno puede cuestionar, y con razón, la forma del gasto: Por ejemplo, que se utilice dinero público para construir y comprar refinerías o construir un tren que no serán rentables. También es cuestionable que el Gobierno haya saqueado los fondos y fideicomisos, como el Fonden, el Fondo para la Atención de Emergencia, para financiar gasto corriente. Lo interesante del caso de México, sin embargo, es que cuando tantos países han incurrido en una orgía de gasto gubernamental para promover una recuperación, México no lo ha hecho y aun así ha tenido un rebote saludable.

Es verdad que la economía de Estados Unidos ha tirado de la nuestra, lo cual se revela en la más rápida recuperación de las actividades secundarias, particularmente las manufacturas; pero todos los segmentos de la economía nacional han tenido recuperaciones, incluso los servicios, que no dependen directamente del mercado norteamericano.

Desde hace tiempo señalé que habría un rebote en 2021 y que sería vigoroso. Ese no ha sido nunca el problema. Una vez que se levantaron las restricciones a las actividades impuestas por el Gobierno, cada quién salió a buscar cómo salir adelante. Los problemas vendrán más adelante. A falta de reglas claras y confianza, la inversión fija y la construcción se han mantenido deprimidas. Esto significa que, aunque tengamos un buen rebote en 2021, las perspectivas de mediano y largo plazo seguirán siendo negativas.

Por lo pronto, el Presidente ha demostrado que no hay que gastar sin ton ni son, elevando el déficit y la deuda pública, para promover un rebote económico. México lo está logrando al mismo ritmo que Estados Unidos sin incrementar ni el gasto ni el déficit. Falta ahora aprender a gastar mejor.

Ingresos

Aunque la economía ya está creciendo, hay mucho terreno por recuperar. Los ingresos de las familias cayeron 5.8% en 2020 contra 2018, pero los provenientes del trabajo lo hicieron todavía más, 10.7%. El gasto en salud subió 40.5%, en parte por la pandemia, pero también por el colapso del sistema público de salud.

Twitter: @SergioSarmiento

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