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Sanación familiar

La armonía es un tema crucial en el ejercicio de la Dueñez en los grupos familiares.

Carlos  Dumois

¿Cómo iniciar un proceso de restauración de la cohesión familiar?

La armonía es un tema crucial en el ejercicio de la Dueñez en los grupos familiares. Trabajar para construirla y mantenerla es una responsabilidad de todos los miembros de las familias empresarias.

Cada uno de ellos ha de asumir una postura de absoluto accountability para aportar todo lo que pueda. Descuidarla puede llegar a ser mortal.

Trabajamos con un grupo de hermanos que comparten un importante patrimonio en empresas agrícolas en el Occidente de México, la mayoría en el Estado de Jalisco. Son tres hombres y dos mujeres, todos involucrados de alguna forma en el manejo de los negocios.

La relación en general ha sido buena durante años, pero a partir de los últimos brincos de crecimiento, que han sido extraordinarios, las decisiones que han tomado han creado cierta tensión en el grupo, particularmente entre la mayor y el menor de ellos. Ella ha sido la líder del grupo desde hace muchos años, pues le tocó acompañar a su padre desde pequeña y él la nombró su sucesora.

Los hermanos han aceptado el liderazgo de ella siempre. Reconocen su autoridad moral, su entrega, visión y capacidad ejecutiva. Cada hermano desempeña labores relevantes en el grupo y hacen buen equipo. Sin embargo, últimamente ha habido algunos roces en sus reuniones, especialmente entre ella y el menor de sus hermanos. Las discusiones iban subiendo de tono en cada visita nuestra y ambos justificaban su forma de proceder.

Este joven es muy inquieto y curioso, muy dado a explorar e innovar en todo lo que hace. Le cuesta trabajo tener que pedirle autorización a su hermana o al Consejo para emprender sus iniciativas.

Después de un tiempo de estar acompañándolos, planteamos la conveniencia de trabajar con un experto en sanación familiar. Costó trabajo convencer a algunos de ellos, pero después de un par de reuniones todos estuvieron de acuerdo en hacer un taller con un experto en estos temas que ha trabajado con varios grupos latinoamericanos.

Entre todos eligieron hacer este taller fuera del País en un lugar apropiado para la experiencia. Esto les demandaría encerrarse durante dos días completos desconectados del mundo, sin uso de computadoras o celulares.

Nosotros sólo les deseamos éxito y quedamos a la espera de los resultados. Al otro día nos dimos a la tarea de llamarles a cada uno en lo personal para preguntarles cómo les había ido. La respuesta fue muy agradable. Todos estaban encantados. Nos comentaron que habían vivido una experiencia inolvidable, que habían identificado la raíz de sus conductas negativas, comprendiendo a los otros y a sí mismos, y se habían perdonado con sinceridad. Les pedimos a cada uno que no dejaran de felicitar a sus hermanos cuando hicieran cosas valiosas.

Pocos días después del taller nos tocó reunirnos con ellos. Tuvimos la visita más fluida desde que los conocemos. Esta vez la armonía reinó en el equipo. Además de escucharse, mantener la serenidad en todo momento, y construir con las ideas de los demás, no perdieron oportunidad para celebrarse las aportaciones y logros de cada uno.

Estos procesos de sanación no son ninguna panacea, pero suelen convertirse en el inicio de un proceso de transformación personal y grupal que ha de continuar para toda la vida. Haber vivido una reflexión en grupo, haber descubierto el origen de su comportamiento, haberse abierto de capa y mostrado sus vulnerabilidades, y haberse perdonado unos a otros, es un formidable principio.

La consistencia en el futuro dependerá de que sigan escuchándose, sigan respondiendo con serenidad y continúen perdonándose. Que no vayan a pensar nuestros amigos que de pronto han conquistado plena madurez, que en pocos días son otros, que ya no tienen que esforzarse.

Los próximos meses van a ser cruciales. Necesitan seguir ejercitándose, meditando y abriéndose. Algunos recaerán y tendrán que volver a perdonarse.

La sanación interpersonal es un proceso que toma lo mejor de cada uno. No es un evento, pero ocupa iniciarse algún día. Abrámonos a la sanación si de verdad queremos restaurar la armonía en nuestra familia.

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