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La política distancia a familiares, amigos y compañeros de trabajo

La polarización política está fracturando relaciones personales en México, evidente en debates acalorados en redes sociales y medios tradicionales.

Eduardo Ruiz-Healy

La polarización y división política afectan profundamente las relaciones personales. En México, este fenómeno ha alcanzado niveles preocupantes y es esencial entender cómo se manifiesta y cómo podemos lidiar con él.

Las diferencias políticas pueden crear tensiones y distanciamientos entre miembros de la familia, amigos y compañeros de trabajo, especialmente si las discusiones se vuelven acaloradas y personales. La falta de respeto y la intolerancia parecen haberse instalado cómodamente en nuestros círculos más íntimos. Todos hemos estado en una reunión que se convierte en un escenario de confrontación y alejamiento, y hoy es común que las discusiones políticas degeneren en insultos y descalificaciones personales. Esto daña seriamente las relaciones, dificulta la reconciliación y puede destruir para siempre los lazos de afecto y amistad que existían antes de las discusiones. A menudo, hay una división generacional en las opiniones políticas, con los jóvenes adoptando posturas diferentes a las de sus padres o abuelos, lo que crea conflictos intergeneracionales.

Para evitar lo anterior, es crucial mantener, aunque cueste mucho trabajo, un tono respetuoso durante las discusiones. Escuchar al otro sin interrumpir y tratar de entender su punto de vista ayuda a reducir tensiones. En algunos casos, es mejor evitar ciertos temas durante las reuniones para preservar la armonía. Enfocarse en temas y valores compartidos puede ayudar a minimizar las diferencias y fortalecer los lazos familiares y amistosos. Acordar de antemano que ciertas discusiones no se llevarán a cabo o que se manejarán de manera constructiva puede prevenir conflictos. Fomentar una cultura de educación y tolerancia dentro de la familia, el círculo de amigos y el centro de trabajo puede ayudar a todos a entender que las diferencias de opinión son naturales y que es posible convivir con ellas sin resentimientos.

En México, la polarización y división política han sido particularmente evidentes en los últimos años, manifestándose de diversas maneras en la sociedad. Las plataformas como X, TikTok y Facebook se han convertido en campos de batalla donde los usuarios frecuentemente se enfrascan en debates acalorados y, a menudo, en insultos y descalificaciones personales. Los medios de comunicación tradicionales también reflejan esta polarización, con algunos periódicos y periodistas adoptando posturas claramente definidas a favor o en contra del Gobierno.

Los discursos de los políticos han promovido la división, especialmente los del presidente Andrés Manuel López Obrador. Las campañas electorales en curso han estado marcadas por retórica divisiva. La mayoría de los candidatos, incluidas las dos candidatas presidenciales, atacan y descalifican a sus adversarios en lugar de enfocarse en propuestas y soluciones. Los mal llamados debates entre candidatos a cargos de elección son el mejor ejemplo de lo anterior.

La polarización es un desafío significativo que requiere esfuerzos concertados de todos los sectores de la sociedad para fomentar la unidad y el entendimiento mutuo. Si no, quienes ganen las elecciones del 2 de junio gobernarán a un país más dividido y confrontado, lo que les dificultará enfrentar exitosamente los numerosos desafíos que hay y habrá.

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