Acampadas palestinas
Más de 350 estudiantes han sido detenidos en diversos campus universitarios en EU... son estudiantes que se solidarizan con los palestinos y que protestan por la guerra en Gaza.
Genaro Lozano
Más de 350 estudiantes han sido detenidos en diversos campus universitarios en EU en días recientes. Las universidades más prestigiosas en varas ciudades tienen una “acampada palestina”. Son estudiantes que se solidarizan con los palestinos y que protestan por la guerra en Gaza. Muchos denuncian genocidio, otros simplemente quieren un alto al fuego. Lo que sí es que son los universitarios los que se están moviendo para tratar de provocar un cambio dramático en el apoyo del Gobierno de Joe Biden al Gobierno de Benjamin Netanyahu en Israel. Tienen el tiempo en contra y no sólo es la guerra en Gaza o la reelección de Biden lo que está en juego, es la libertad de expresión.
Todo empezó en el otoño pasado. Tras el ataque terrorista de Hamás contra civiles israelíes, varios estudiantes condenaron el terrorismo, pero también protestaron contra la larga ocupación israelí de territorios palestinos. Muchas universidades tienen grupos de apoyo a Palestina desde hace décadas. Las actividades de estos grupos empezaron a ser cuestionados por los grupos proisraelíes, en parte por discursos de odio hacia los judíos. Varias universidades censuraron estos grupos propalestinos. El Gobernador de Florida decidió prohibirlos en su Estado.
Ese ánimo de limitar la libertad universitaria llegó al Congreso federal estadounidense en diciembre pasado. Congresistas republicanos llamaron a declarar a las rectoras de tres universidades en diciembre pasado para investigar actos de antisemitismo. Eso no ocurrió durante todo el periodo de Black Lives Matter y tampoco ocurre cuando hay actos racistas contra estudiantes latinos o asiáticos. Un par de meses después de las audiencias, la presidenta de Harvard renunció a su cargo, acusada de plagio. Era la primera mujer afroamericana en dirigir la mejor universidad de EU.
Las universidades son masa crítica. Son la conciencia activa de una sociedad. La década de los sesenta del siglo XX es muestra de ello. Las protestas contra la guerra de Vietnam fueron nacionales y tuvieron impacto porque se sumaron las universidades. Columbia, en NY, y Berkeley, en California, fueron epicentros de protestas. Columbia tiene una larga tradición en ese sentido. En los años sesenta los “estudiantes fifís” de Columbia protestaron porque su universidad quiso construir un gimnasio para los estudiantes donde había un parque público en Harlem. Los estudiantes tomaron el campus e incluyeron el rechazo a la guerra en Vietnam en su protesta contra la gentrificación. Algo similar pasó en el San Francisco State College. Los estudiantes protestaron contra el racismo en sus departamentos, se fueron a huelga y lograron la renuncia del presidente de la universidad. En esas protestas unos 700 estudiantes fueron encarcelados y las protestas fueron durísimas.
Es cierto que hay algo del espíritu del 68 en la nueva ola de protestas en EU, pero es más que eso. Los estudiantes están redefiniendo los límites a la libertad de expresión en sus campus y exigiendo que sus universidades corten vínculos financieros con empresas que apoyan la guerra, así como programas de intercambios con universidades israelíes. A eso le llaman “Rally to divest” o protesta para la desinversión. Esto es un enorme problema para la imagen internacional de Israel y una enorme presión para Joe Biden.
Las acampadas palestinas se están replicando rápidamente. Universidades francesas y españolas ya las tienen y seguramente las veremos en México. Sin embargo, tienen en contra el fin del semestre y los exámenes finales. Las autoridades universitarias no han sabido reaccionar a las protestas y en muchos casos hay un peligroso sentimiento antisemita en el aire. Biden busca reelegirse y necesita el voto de los jóvenes. Hoy los universitarios le están exigiendo un cambio radical en su apoyo a Israel, una condena al genocidio y el reconocimiento de un Estado palestino. Biden no puede ignorarlos. Se juega la reelección y ya van más de 30 mil muertes de civiles palestinos por el ejército israelí. Netanyahu es insostenible y la guerra es un genocidio.
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