Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

¿Y la asistencia pública?

“De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.”Benjamin Franklin

Estamos muy acostumbrados a escuchar el término “asistencia pública” y siempre lo asociamos con el de la Lotería Nacional.

Sin embargo, poco sabemos del resultado económico de los sorteos que realiza esta Institución Pública y la manera como son canalizados los recursos que genera, tan solo sabemos que tiene una función de asistencia social.

La Lotería Nacional nace desde la época de la colonia, dando inicio sus actividades en 1770, de entre sus objetivos se estableció que los resultados obtenidos de esos sorteos fueran canalizados a diversas obras sociales como fue en ese tiempo la construcción y mantenimiento del Hospicio de Pobres, en otros tiempos sus ingresos fueron canalizados a las artes y la academia, por lo que incluso se le llamó Lotería de San Carlos. Es importante mencionar que los distintos gobernantes del México Independiente la apoyaron o la suprimieron, hasta llegar a la presidencia de Adolfo de la Huerta que la institucionaliza y le da la estructura como la conocemos actualmente.

Se dice que, en la época de la guerra de independencia, se crearon 2 loterías, una federal y la otra para los estados; esta última se creó con objeto de obtener fondos para combatir a los insurgentes. Algunos textos indican que a los funcionarios públicos, militares, la nobleza y al clero, se les obligaba a comprar boletos argumentando que si se perdía la guerra, ellos perderían sus privilegios.

Ya en la época independiente, poco a poco fue creciendo en imagen y recursos, llegando en los años sesenta del siglo pasado, a destinar sus recursos para apoyar a la otrora Secretaria de Salubridad con diferentes obras asistenciales e incluso para costear desayunos escolares a través del patronato de Asistencia Pública, que funcionaba como asesora de la institución.

Durante mucho tiempo, las utilidades generadas por la Lotería eran destinadas de manera directa a incrementar los recursos gubernamentales, pero sin etiquetarse como en el pasado a determinados rubros de apoyo social.

En las últimas fechas han cambiado las cosas en la Lotería Nacional. Ahora, según el artículo 2 de la Ley Orgánica de la propia Lotería Nacional se establece que el objeto de dicho organismo es apoyar a las actividades del ejecutivo federal en el campo de la asistencia pública destinando a ese fin los recursos que obtenga mediante la celebración de sus sorteos, los cuales, una vez deducidos el monto de los premios y gastos de administración y reservas patrimoniales serán enterados a la Tesorería para el cumplimiento de su destino específico. Esto no se cumple y por lo tanto se deja su finalidad específica.

El 20 de agosto de 2018, se extinguió el fideicomiso de Lotería Nacional y ahora, según la propia página de “Lotenal” se menciona que se trata de un organismo descentralizado encargado de la celebración de sorteos, “destinados a captar dinero para apoyar económicamente al Titular del Poder Ejecutivo en los asuntos orientados a procurar la igualdad entre aquellos mexicanos sin posibilidad de satisfacer por sí mismos sus más urgentes necesidades.

Ya no es una institución que apoya a la asistencia pública, apoya al Titular del Ejecutivo.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

En esta nota