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Un cordero afortunado

En el Desierto de Altar, Sonora, la sequía de inicio de año fue intensa. Ante esta circunstancia, los borregos cimarrones que habitan el Norte de la Reserva de la Biosfera El Pinacate... 

En el Desierto de Altar, Sonora, la sequía de inicio de año fue intensa. Ante esta circunstancia, los borregos cimarrones que habitan el Norte de la Reserva de la Biosfera El Pinacate, han acudido por milenios, a beber a algunas tinajas naturales del Sur de Arizona. Pero este año, el anti ecológico Muro de Trump les impidió hidratarse en esos abrevaderos. Grupos ambientalistas de ambos países señalaron a tiempo el daño que esta obra, hoy suspendida, estaba ocasionando sobre todo a los mamíferos, cacomixtles, zorras, coyotes, gatos monteses y los propios cimarrones.

En esta región se investigó el siglo pasado que los corderos o “cimarroncitos”, que nacen en invierno, requieren mamar diariamente pero, si su madre no bebe a diario, se le seca su ubre y el cordero muere. La población cimarrona es baja debido a la extrema aridez de Altar, por lo que cada cordero que nace es sumamente importante que sobreviva a la falta de lluvia. La Fundación MAGGOL, A.C., que encabeza mi amigo Federico Godínez, “tomó al borrego por los cuernos” y con fondos de su familia Godínez Leal, se dio a la tarea de llevarle agua a este rebaño ovejo transfronterizo.

Su incursión en la obra del Muro fue cubierta por varias cadenas noticiosas de ambos países. Un trabajo de esta naturaleza no puede ejecutarse solitariamente. La Reserva de la Biosfera dio su anuencia y facilitó una pipa, y el Ejido Toboyori II puso otra y entre todos instalaron bebederos en los puntos de cruce de los ovejos entre Sonora y Arizona. Godínez y su hijo del mismo nombre soportaron las gélidas temperaturas de esos días durmiendo en carpas, pero lograron abastecer del vital líquido a los cimarrones en el momento preciso.

Todo lo dicho sería sólo eso para el ecológico lector, si no tuviésemos las pruebas de lo que decimos. Una serie de cámaras trampa instaladas en los abrevaderos improvisados registraron a varias especies bebiendo, de día y de noche. En mi FB usted puede conocerlas. Sobre todo al cordero afortunado y las borregas exageradamente desnutridas y sedientas, pero el tema de este Ecoanálisis, es un borreguito que acompañó a su madre a beber, y así ella pudo amamantarlo para que sobreviviera a esta sequía invernal. Para fines de febrero llovió por fin en la región y la famosa Tinaja de Los Pápagos, está llena a toda su capacidad, los ovejos ya se salvaron otro año.

El objeto de esta columna es, además de dar a conocer este triunfo ambiental, hacer visible algunos esfuerzos personales y discretos en pro de la Naturaleza que de otra forma pasan desapercibidos. Más que grandes capitales y nombre de personajes famosos, se requiere la voluntad y la pasión por la conservación. Además de haber salvado al cordero afortunado, quizá se salvaron otras especies que desconocemos y, a pesar de tan noble misión, hay detractores que opinan que acciones como esta perjudican a los animales, que son parte de la selección natural y algunos tienen que morir. No nos convencen.

*- El autor es investigador ambiental.

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