Síndico tecatense rebasado
El llamado de auxilio que algunos ciudadanos del Fraccionamiento San Fernando le hicimos al Síndico Procurador de Tecate fue superado por el poder que el agente de la policía municipal ejerce en nuestra colonia.
Por el derecho a la libertad de expresión.
El llamado de auxilio que algunos ciudadanos del Fraccionamiento San Fernando le hicimos al Síndico Procurador de Tecate fue superado por el poder que el agente de la policía municipal ejerce en nuestra colonia. La queja está estrictamente relacionada con nuestro derecho a la tranquilidad y contra el excesivo ruido provocado por cualquier circunstancia. Le hicimos un relato detallado sobre el excesivo volumen de la música, que a cualquier hora del día y la noche estamos sufriendo; le expusimos que habemos varias personas de la tercera edad que merecemos respeto; fuimos concretos para denunciar la violación de nuestros Derechos Humanos, pero, en contrapartida, el agente nos dio muestra de su poder, y nos regaló otro día completo de música a muy alto volumen.
Por supuesto que a los vecinos nos molestó esta actitud y volvimos a llamar al C5, y como siempre, no hubo ninguna reacción de parte de la Dirección de Seguridad Ciudadana – o como se llame – reforzando esta actitud grosera hacia nosotros. No sabemos si el C5 nos miente cuando dice que al momento de que se denuncia algo, la propia policía recibe el reporte, o si, por el contrario, es en la Comandancia de Policía donde se le protege al agente. De cualquier manera, ni la Sindicatura Municipal ni la Dirección de Seguridad Ciudadana nos están respetando.
¿A dónde nos lleva esto? Pues a tener la seguridad de que vamos a tragarnos nuestra indignación, y seguir soportando, irritados e impotentes, todo el ruido que se nos quiera imponer. Si Gonzalo Higuera, Síndico Procurador, y los regidores de la Comisión de Seguridad Ciudadana, no tienen el poder ni el interés de terminar con esta actitud injusta contra nosotros, entonces no podemos hacer nada. Es importante agregar que también la Presidente Municipal Zulema Adams fue enterada de esta situación.
Lo grave de esta circunstancia es que la superioridad de un agente de policía es tan notoria, que la ejerce de manera consciente. La ciudadanía no tiene la forma de defenderse porque no hay instituciones que nos respalden, y corrijan estas irregularidades. Si tuviéramos la capacidad de hacer un sondeo en el municipio para determinar cuántos casos como el de la San Fernando existen, nos íbamos a llevar una sorpresa. El Reglamento Municipal contra el ruido a pesar de que existe no está siendo aplicado. Es, como otros muchos reglamentos, un cero a la izquierda. Ni se acata ni se promueve.
La actitud positiva y de respeto para nosotros y nuestras familias, que tomamos al enviar el oficio de denuncia, choca con la indolencia de las autoridades municipales. No somos los ciudadanos quienes deberíamos tomar las riendas de los problemas y buscarles solución, deberían ser los funcionarios electos y los encargados de la justicia municipal los obligados. Nos resulta indignante que no se apliquen políticas de control y manejo de denuncias, contra actos que nos perjudican. De la misma manera, no tenemos esperanza de que quienes fueron electos y estén pensando en participar en nuevas elecciones, vayan a ser diferentes si son elegidos. No tienen la mínima intención de ser eficientes y eficaces, en la solución de problemas relevantes y cotidianos. Con esta actitud traicionan a quienes los elegimos, esperanzados en vivir nuevos tiempos. Vale.
* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
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