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Positivo

Es domingo medio día, a mi regreso de estirar las piernas en motocicleta con el Arq. Víctor Hermosillo, Gastón Loustanau, José García y Martín Hidalgo, me invade un cansancio generalizado... 

Es domingo medio día, a mi regreso de estirar las piernas en motocicleta con el Arq. Víctor Hermosillo, Gastón Loustanau, José García y Martín Hidalgo, me invade un cansancio generalizado y una extraña pesadez recorre mi cuerpo, lo acompaña un puntual dolor de cabeza que me hacen suponer que debo de ir de inmediato al médico, tal parece que los síntomas son los asociados al Covid-19.

Desde hace meses me he realizado varias pruebas PCR, por lo que estoy habituado al procedimiento, es domingo y no hay tiempo que perder por ello asistí a un Centro Covid de un hospital privado en Mexicali, uff, que injusto que algunos podamos hacerlo mientras que la inmensa mayoría de nuestra gente tiene que conformarse con las largas que recibirá en el sistema de salud público, sistema con grandes problemas en tiempos de operación habitual, que ahora ha sido desafortunadamente rebasado.

El mismo domingo, sin conocer el resultado de la prueba y atendiendo las indicaciones de la Doctora Ortega inicié el tratamiento prescrito, su indicación es precisa, la confirmación de mis síntomas es clara, la prueba de PCR es mero formulismo.

Desde marzo hemos convivido con esta cepa, las historias de gente cercana a mi entorno que ha fallecido son tantas como las de gente que no tuvo problema alguno, uno desea fervientemente ser parte de este último grupo; afortunadamente hoy nuestros médicos conocen mucho más de la enfermedad y su evolución, desafortunadamente la gente que tiene complicaciones y que tiene que recurrir al sistema público de salud tiene una muy mermada posibilidad de salir con bien. No hay mucho más que hacer, ser un buen paciente, tomarse los medicamentos prescritos y reinventar las normas de convivencia en casa. En mi caso de muy poco funcionó, el haber convivido con mi familia los días previos a mis primeros síntomas fueron suficientes para que Ale, Isabella y Francisco fueran contagiados, a la fecha sólo Elena se ha salvado.

Los toros se ven diferentes desde la barrera, en estos días la incertidumbre de enfrentarse a algo nuevo, que ha sido tan costoso en nuestras vidas te da una perspectiva diferente, no, no es una experiencia que te cambie la vida, pero cuando uno entiende el proceso de tantos médicos, enfermeras, paramédicos, personal administrativo y de limpieza que tratan todos los días con esta emergencia desde hacer ya 9 meses no deja de sentirse sumamente afortunado por tener gente con su vocación. Asistir a un Centro Covid, si hace poner en perspectiva el altísimo riesgo con el que se enfrenta nuestro personal médico.

Tengo el honor de ser presidente de Cruz Roja en Mexicali, en nuestra institución ya hemos perdido a tres colaboradores, el Dr. Sánchez Torres, el Paramédico Mario González y la Auxiliar de Limpieza María Ojeda; yo hago votos porque en nuestra delegación les recordemos siempre, ojalá los mexicalenses nos quejáramos menos y trabajáramos más; hoy lo que se nos pide es tener la voluntad de extremar precauciones y con ello ayudarle a un ya colapsado sistema de salud a tener el respiro que nuestro personal médico tanto necesita.

Usar cubrebocas es un esfuerzo muy pequeño, insignificante, comparado con el dolor que le podemos ahorrarle a nuestra gente. ¡A seguirse cuidando!; es una pena ver al presidente sin cubrebocas, sostener a López Gatell es un crimen

*El autor es empresario, ex dirigente de la Coparmex Mexicali.

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