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Pobreza extrema y educación

Es universalmente aceptado que la educación es una de las herramientas más importantes para el desarrollo personal incluido el económico.

Es universalmente aceptado que la educación es una de las herramientas más importantes para el desarrollo personal incluido el económico. En Baja California es una tarea pendiente sobre todo para las personas en condición de pobreza extrema.

El primer obstáculo que tienen para tener acceso a la educación es el dinero. La educación es gratuita, pero no lo es el transporte para llegar a la escuela, la comida para el desayuno o para un refrigerio en el recreo salvo en algunos casos, las “cuotas voluntarias” que se le piden a los papás para el mantenimiento de la escuela, y así otros gastos que generan los hijos que van a la escuela.

El traslado a la escuela para los niños y adolescentes en primaria, secundaria y preparatoria de familias en pobreza extrema se enfrenta a la distancia y a la seguridad. Poder llegar a la escuela implica en muchos casos la necesidad de tomar un transporte que ronde los 17 pesos de ida y lo mismo de vuelta, o sea 34 diarios por persona. Esto significa 680 pesos al mes, que si son dos o peor aún, si alguien tiene que llevarlos y traerlos por ser muy pequeños, estamos hablando de cantidades que son impagables para quienes viven las privaciones de esta condición. Además se exponen a asaltos de lo poco que traen consigo dadas las condiciones de inseguridad de los lugares donde viven.

Por otro lado está la alimentación de los niños, niñas y adolescentes. Cuando no hay suficiente dinero para poder alimentarse bien, su aprovechamiento se torna muy deficiente y su nivel de aprendizaje se ve muy limitado. Muchos niños llegan a la escuela sin desayunar y tampoco tienen dinero para comprar algo en la tiendita o para llevar un lonche. En estas condiciones aún una comida al día es imposible en ocasiones.

Dado que es posible saber en dónde se encuentran estos niños y conocer las condiciones en las que viven, también lo es buscar soluciones dirigidas específicamente a ellos. Retomar los desayunos escolares en todas las escuelas donde haga falta es uno de los programas más necesarios para los niños, y más aún para los que viven en pobreza extrema. El facilitarles un refrigerio sería mejor aún.

Necesitamos el liderazgo de quien ocupe la presidencia municipal para hacer entrar en razón a los líderes transportistas y facilitarle el transporte totalmente gratuito a los niños y jóvenes que lo requieran. Suficiente toleramos los tijuanenses un transporte malo, ineficiente y caro como para que no pongan algo de su parte para lograr el objetivo de una Tijuana sin pobreza extrema.

No puedo dejar de mencionar una realidad que afecta a todos los niños, niñas y adolescentes que asisten a la primaria pública en México. Si contamos las horas que un mexicano va a la escuela a lo largo de los 6 años y las comparamos con las de un niño estadounidense nos daremos cuenta de que al final de la primaria, un niño americano habrá tenido el equivalente a DOS AÑOS MÁS de educación primaria que un niño mexicano. Ahí tenemos uno de los más graves problemas estructurales del país cuya solución sigue sin vislumbrarse. Por cierto, ya no hay escuelas de tiempo completo que subsanaban esta deficiencia. Ayudemos a la educación de niños, niñas y adolescentes en esta condición para lograr el objetivo de una Tijuana sin pobreza extrema.

*El autor es Presidente de la Fundación EduPaz.

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