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Peligroso votar en bloque a ciegas

En una democracia, el equilibrio de poder es esencial para garantizar que las decisiones del gobierno sean justas, transparentes y en beneficio de toda la población.

En una democracia, el equilibrio de poder es esencial para garantizar que las decisiones del gobierno sean justas, transparentes y en beneficio de toda la población.

Por lo tanto, es preocupante cuando un partido político obtiene una mayoría calificada en el Congreso, es decir, una cantidad suficiente de legisladores para aprobar leyes sin necesidad de llegar a un consenso con la oposición.

Esta situación puede ser particularmente problemática cuando el partido político con la mayoría calificada es el mismo que el presidente de la república.

A continuación, analizaremos algunas de las razones por las cuales esta situación puede ser perjudicial para la democracia.

En primer lugar, una mayoría calificada puede llevar a la aprobación de leyes que no representan los intereses de toda la población, sino los del partido político en el poder.

Esto puede deberse a que la agenda legislativa se concentra en los objetivos del partido, y no en las necesidades y preocupaciones de la población. Es decir, el Congreso se convierte en un instrumento de control del partido político, y no en un espacio de representación democrática.

En segundo lugar, una mayoría calificada puede llevar a una concentración de poder peligrosa. Cuando el Congreso está alineado con el presidente, éste tiene menos incentivos para escuchar a la oposición o a los grupos minoritarios.

Esto puede llevar a una toma de decisiones menos equilibrada y menos democrática, ya que se pierde el diálogo con sectores que pueden tener una perspectiva diferente o más amplia.

En tercer lugar, una mayoría calificada puede llevar a una erosión de los controles institucionales. En una democracia, el poder debe ser distribuido entre diferentes instancias, como el Congreso, la Corte Suprema, los medios de comunicación y la sociedad civil.

La concentración de poder en manos de un solo partido puede debilitar la independencia de estas instituciones, lo que socava el equilibrio de poder y la transparencia de la democracia.

En cuarto lugar, una mayoría calificada puede llevar a una falta de rendición de cuentas. Cuando el Congreso está controlado por el mismo partido político que el presidente, éste tiene menos incentivos para explicar sus decisiones y justificar sus acciones.

Esto puede llevar a una falta de transparencia y responsabilidad por parte del gobierno, lo que vulnera los derechos de los ciudadanos y debilita la confianza en la democracia.

Por todos estos motivos, es necesario que exista un equilibrio de poder en el Congreso. Cuando un partido político cuenta con una mayoría calificada en el Congreso, se requiere aún más el trabajo conjunto y la cooperación con los demás partidos, con el fin de garantizar que las decisiones tomadas reflejen realmente una visión democrática y diversa.

No se trata, por supuesto, de renunciar a la gobernabilidad. Los presidentes y los partidos políticos asumen el poder para tomar decisiones y llevar a cabo políticas en beneficio de la sociedad. Sin embargo, la legitimidad democrática de estas decisiones y políticas depende en gran medida de la forma en que son tomadas y la forma en que los distintos sectores de la sociedad son escuchados y representados.

Si todos los ciudadanos, sin importar su afiliación política, pueden sentirse representados e involucrados en el proceso democrático, entonces estaremos en el camino correcto para construir una sociedad justa y equitativa.

Pero si el poder se concentra en manos de un solo partido político, estamos poniendo en riesgo la salud de nuestra democracia y, en última instancia, la calidad de vida de nuestros ciudadanos.

*El autor es periodista con 27 años de carrera, ha encabezado noticieros en la televisión internacional; ganó el premio Nacional de Periodismo y ha sido académico, además dirige la página www.alfredoalvarez.mx.

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