Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

Naufragio electoral

En Postigo anterior anotamos que privarse de votar en los comicios recién llevados a cabo entrañaba, sin andarle buscando chichis a las víboras... 

En Postigo anterior anotamos que privarse de votar en los comicios recién llevados a cabo entrañaba, sin andarle buscando chichis a las víboras, el obvio postulado de que dicho desdén a participar tácitamente sería un mensaje, que a diferencia de precedentes ocasiones, no sufragar por razones de conciencia, valemadrismo e incluso inducido, desde el punto de vista cualitativo significaba un tronante revés para los híbridos gobernantes del revoltijo morena, tanto como para aquellos farsantes urgidos de presumir legitimidad por medio de abundantes sufragios.

“haiga sido como haiga sido” masculló Felipe Calderón en alegato a su espuria presidencia que, hilado a los abstemios inventariados en las “históricas” urnas intermedias los capos del primor, aparentando un triunfo pero sin triunfo, ninguna variedad de picante les embona cuando a pesar del secuaz reparto de prebendas operado por los “ciervos de la nación”; carretillas de dinero gastado en propaganda; disimulado o descarado patrocinio de funcionarios morenistas a sus cachondos candidatos; desmedido elogio a programas de ayuda a estudiantes, adultos mayores y otros; advertencia de perder “todo” en caso de regatear el voto masivo al morenaje y, colocado en la cima el obsesionado “carro completo”, los empadronados de forma sorprendentemente masiva dibujaron un violín a las grotescas autoridades del INE, a la partidocracia nociva y al gobierno en turno.

Un desaire hacia lo electoral que para Baja California la síntesis comparativa registra, por ejemplo, que la panista registrada por morena ganó la gubernatura con 390 mil votos mientras, ocho años atrás, Kiko Vega, también panista, logró el mismo hueso mediante 442 mil votos por 425 mil logrados por el Ingeniero Bonilla. Por supuesto el rezagó ostentado por la abanderada del PANmor no solo es numérico cuando, objetivamente la contradicción se refiere a que de 2013(victoria de Kiko) a 2021 (éxito de la señora de Torres) la taza de ciudadanos bajacalifornianos, lejos de enflaquecer, ha engordado de suerte que el padrón del pasado al presente aumentó.

Por eso los comentaristas y analistas que entre suspiro y suspiro censuran a la “canalla plebe” por no acudir a votar o, encaminados, reprochan errores tácticos y fallas similares a los candidatos y sus estrategas para, despistados o consientes, relegar en sus “reflexiones” el desaseo que de pe a pa perpetran las mafias enquistadas con tal de seguir allanando y saboreando el placentero gobernar imponiendo candidaturas a modo, tejiendo vergonzantes alianzas, desplegando insultante publicidad en auspicio de una romería donde los chapulines rifan, los trapecistas se mecen, las máscaras desaparecen y los enroques oportunistas se aplauden por tratarse de una carrera donde, ninguno de los “adversarios” pierde, ya que el pacto de sangre así lo consigna: por algo la clase política la conforman las momias de siempre.

Los golpes de pecho como las justificaciones habidas y por haber frente a la indiferencia popular manifestada en cada proceso comicial, a nadie conmueve puesto que ancladas las elecciones en aguas de olas falsas; los electores continuarán nadando de espaldas al circo de marras…

*- El autor es diplomado en Periodismo por la UABC.

En esta nota