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Matrix Resurrecciones Dir. Lana Wachowski

La secuencia inicial de la nueva Matrix aparentemente es una recreación exacta de la película original de 1999.

La secuencia inicial de la nueva Matrix aparentemente es una recreación exacta de la película original de 1999. Ante este espejismo, un observador pregunta - ¿Por qué usar código viejo para hacer algo nuevo?

-Quizá esta no es la historia que pensamos que era. – es la respuesta que obtiene.

Esta es la forma en que Lana Wachowski (ahora en solitario), anuncia sus intenciones a todos aquellos que esperaban más de lo mismo. Y es que en esta ocasión, ante la evidente cláusula contractual, que estipula los derechos de Warner para crear una nueva entrega sin su intervención, Lana prefirió tomar su opción como creadora, aprovechando la oportunidad, para darle un vuelco de 180 grados a la serie.

Con ayuda de David Mitchell (escritor de Cloud Atlas) y Aleksandar Hemon en el guión, Lana asesta una nada sutil cachetada a la industria hollywoodense en general, y a los ejecutivos de Warner, en particular. La historia comienza repitiéndose a sí misma, estableciéndose como un refrito que brindará el sabor conocido y esperado a quienes así lo ansían. Un retorno a la Matrix, donde todo inició. Un espejismo más.

La narrativa no es muy coherente (intencionalmente), y las explicaciones de cómo Neo (Keanu Reeves) y Trinity (Carrie Ann Moss) sobrevivieron, son tan absurdas e irrelevantes como cualquier otra resurrección cinematográfica, sin embargo, como todo en la cinta, tienen un significado metatextual mucho más importante.

Lana parece estar hablando en primera persona a través de todos sus personajes, excepto en el caso de los villanos, que evidentemente representan a ejecutivos de la industria, y cuyos diálogos parecen salidos directamente de las juntas de planeación y mercadotecnia, en que se menciona la forma en que el público es fácilmente manipulado a través de la nostalgia, ya que está sirve como

un antídoto ante la ansiedad.

¿Y en qué momento la población entera ha estado más ansiosa que durante una pandemia global? No es ninguna sorpresa que la desvergonzada explotación de la nostalgia que es la nueva cinta del Hombre Araña esté rompiendo todos los records de taquilla.

Además de exhibir al negocio hollywoodense, como la verdadera Matrix, que se apropia de las ideas y los sueños para convertirlos en productos, Lana, desnuda su alma; mostrando desinhibida todo lo que, previamente había estado codificado, sobre la experiencia trans. Y como las mejores expresiones artísticas siempre hacen las veces de auto terapia para el creador, Lana lo expone de forma literal, incluso utilizando a un terapeuta como villano, guardián del género y administrador de la pastilla azul (no es casualidad que la azul mantiene esclavizado en la matrix y la roja libera la mente).

Está “re interpretación” mucho más fiel a la esencia del texto, hace que Wachowski cambie también de protagonista. Si hace veintidós años el héroe, el elegido, el único, era un Neo que representaba, en aquel entonces, a Larry (pre transición), ahora ese papel pasa a las manos de Trinity, quien representa el alma real, liberada (post transición) de Lana.

Esta línea de pensamiento en el texto es acentuada una y otra vez. El personaje de Bugs (Jessica Henwick), que es codificada trans/queer, menciona la forma en que su mente fue liberada al ver a Neo (Lana), y que a pesar de que se trataba de una versión diferente de él (Larry), ella pudo ver a su verdadero

yo interno.

Lana también expone su mayor preocupación a través de Neo. “Todo lo que hice… hicimos (con su hermana Lilly), fue inútil, parece que nada ha cambiado.” La gente sigue conectada, tanto en el universo de la película como en el mundo real. “¿Qué tal si ya no puedo ser lo que alguna vez fui?” se pregunta Neo.

Ante esta duda, la decisión de Lana es administrar la medicina, de nueva cuenta, pero sin cubrirla de caramelo. Negándose a dar lo que todos esperan de ella (secuencias impresionantes, una nueva versión del “bullet time” que revolucione la industria), y empleando, en cambio, un estilo de dirección lo menos espectacular posible, ahora apuesta a que el público pondrá un poco más de atención a lo que está intentando transmitir y que, en esta ocasión, el fondo no se perderá en la forma.

La lucha sin embargo es continua, el analista (Neil Patrick Harris) es omnipresente, recordándoles, a Neo y Trinity, que la gente (borregos) no quiere ser liberada, que mientras más manipulada y maltratada sea, menor resistencia opone, quedándose en su sitio, retozando alegremente como cerdos en la mierda, devorando los mismos desechos regurgitados, por toda la eternidad.

Contra ese funesto pronóstico, con esta última entrega, Lana demuestra que aún conserva su poder, manteniendo firme su posición y su misión de seguir transformando la Matrix de adentro hacia afuera.

* El autor es editor y escritor en Sadhaka Studio.

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