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Golpe de Estado…

Somos lo que hacemos

A 16 meses de terminar su mandato, el presidente luce desgastado, difícilmente podrá seguir ocultando el enorme fracaso acumulado durante poco más de cuatro años, su radicalización es absoluta. La idiotez de equiparar las resoluciones de la SCJN con un golpe de estado es enorme, juzgue usted. “Van a seguir queriendo parar las obras, pero no van a poder porque, de acuerdo a la Constitución, a las leyes, tenemos nosotros el derecho de hacer obras en beneficio del pueblo. No se van a poder cancelar las obras, no se puede”. “Una cosa es que violen la Constitución, a ver, que me digan los ministros si no la están violando, cobrando más de lo que cobra el presidente, y otra es ya querer dar un golpe de Estado neutralizando al Poder Ejecutivo, o sea, que ya no ejecutemos nada. Es cancelar un poder, sería un golpe de Estado técnico”.

Hay que recordar lo que López Obrador en su mensaje del 9 de agosto del 2018 al recibir la constancia de mayoría como ganador de la elección presidencial dijo ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación: “Entre las muchas lecciones del 1 de julio debo destacar también una que tiene como destinatarios a los dirigentes políticos y a los servidores públicos; es decir, a nosotros mismos: la gente votó para que exista en México un verdadero Estado de derecho; el pueblo quiere legalidad, no la simulación que en la aplicación de la ley ha persistido desde el Porfiriato”.

“Los mexicanos votaron también para que se ponga fin a las imposiciones y los fraudes electorales. Quieren castigo por igual para políticos corruptos y para delincuentes comunes o de cuello blanco”.

“La ciudadanía plasmó en su sufragio el anhelo de que los encargados de impartir justicia no actúen por consigna y que tengan el arrojo de sentirse libres para aplicar sin cortapisas ni servilismos el principio de que, al margen de la ley, nada, y por encima de la ley, nadie”. “En lo que a mí corresponde, en mi carácter de titular del Ejecutivo federal actuaré con rectitud y con respeto a las potestades y la soberanía de los otros poderes legalmente constituidos”.

“Ofrezco a ustedes, señoras y señores magistrados, así como al resto del Poder Judicial, a los legisladores y a todos los integrantes de las entidades autónomas del Estado, que no habré de entrometerme de manera alguna en las resoluciones que únicamente a ustedes competen”. “En el nuevo gobierno, el Presidente de la República no tendrá palomas mensajeras ni halcones amenazantes. Ninguna autoridad encargada de impartir justicia será objeto de presiones ni de peticiones ilegítimas cuando esté trabajando en el análisis, elaboración o ejecución de sus dictámenes y habrá absoluto respeto por sus veredictos”.

El presidente no es demócrata, nunca ha aceptado una derrota; su frase “No me vengan con eso de que la ley es la ley” retrata su desdén por el estado de derecho. Ahora que sabe en la etapa final de su sexenio ha optado por la radicalización más violenta posible; procurar acabar con la división de poderes.

Es urgente exigirles a los políticos de MORENA en nuestro estado dejen de ser pinches comparsas de López Obrador; es inaplazable que dejen de trabajar sólo en su carrera personal. El futuro de nuestro estado y del país va en ello. #MiVotoNoSeToca

*- El autor es empresario, ex presidente de Copármex Mexicali.

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