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El pasado

Pasado deriva del verbo latino passare que, a su vez, emana de passus, que significa “poner un pie hacia delante”. El pasado es el tiempo que ya sucedió y que, en una línea cronológica, ha quedado atrás.

Pasado deriva del verbo latino passare que, a su vez, emana de passus, que significa “poner un pie hacia delante”. El pasado es el tiempo que ya sucedió y que, en una línea cronológica, ha quedado atrás. Se conoce como pasado tanto a dicho tiempo como a aquello que aconteció en el periodo en cuestión. Existen distintas formas de analizar el pasado. Hay quienes creen que todo tiempo pasado fue mejor: se trata de una postura pesimista que no confía en el progreso de la Humanidad, sino que defiende la realidad vivida en años anteriores. Por otro lado, más asentada en la realidad, sostiene que el pasado debe ser recordado para rescatar lo positivo y para no repetir los errores. En este sentido, el pasado sería la base sobre la cual se construye el presente y se planifica el futuro. Una tercera postura afirma que el pasado no existe. De acuerdo a esta noción, lo único que tiene existencia real es el presente: el pasado ya murió y el futuro aún no ha llegado. A pesar de dicha distinción ideológica, es casi inevitable sentir una cierta nostalgia con respecto a nuestro pasado. Aun aquéllos que afirman mirar hacia el futuro, pensar siempre en el desarrollo y el crecimiento, amar la innovación y no temer al cambio, pasan por momentos de debilidad en los que añoran la infancia, la inocencia propia de esa época en la que, en el caso de los más afortunados, no existían las obligaciones, la muerte o el desarraigo, entre tantas dolencias diferentes que se pueden sufrir en la vida. El pasado da una sensación de seguridad, de control, ya que se conoce y no cambia. Claro que tenemos el poder de recordarlo con ciertas modificaciones que se ajusten a las necesidades que tengamos en cada etapa de nuestras vidas. Es muy común que un mismo hecho se traiga a la memoria con distintas connotaciones cada vez, dependiendo de los sentimientos presentes al momento de evocarlo; por ejemplo, alguien que logra dejar la pobreza atrás puede recordar con desprecio su infancia llena de carencias y, más tarde, si sufre una pérdida muy profunda, añorarla por la seguridad afectiva que sentía, a pesar de la inestabilidad económica. Una postura equilibrada es la más aconsejable, ya que nos permite aprender del pasado para construir un presente mejor. Es inevitable apoyarse en la experiencia para crecer; ¿qué sería de un científico sin partir de la infinidad de descubrimientos hechos por sus antecesores, o de un escritor sin haber cultivado la lectura a través de los grandes clásicos? Nadie puede escoger sus orígenes, y las personas que buscan respuestas para todo suelen lamentar muchos acontecimientos de su pasado, sean enseñanzas de sus padres que carecían de sentido o moral, o ideas que solieran defender en la adolescencia y con las que ya no se sienten identificados. Pero alguien capaz de cuestionar esos sucesos y capitalizar lo aprendido de los errores tiene una riqueza incalculable y probablemente no haya muchos obstáculos que no pueda superar en la vida. El titular del ejecutivo en Mexico el día de su toma de posesión manifestó que acabaría con la pobreza, la corrupción, que respetaría las instituciones, que respetaría al poder judicial, que no faltarían los medicamentos y sobre todo que acabaría con la violencia en nuestro país. Recientemente manifestó que muchas de sus promesas no las podrá cumplir a pesar de que en varias ocasiones dijo “ténganme paciencia”, denme seis meses o como cuando mencionó que se dejaría de llamar como se llama si no cumplía con el abasto de medicinas. Al incumplir todo lo anterior, adicional a las promesas hechas en campaña, culpó al pasado a pesar de que ya han transcurrido mas de 4 años y medio de su mandato y que todo lo que pasa en su gobierno es su responsabilidad, que manera de evadirla. Como dice el conocido adagio, prometer no empobrece, existe en la política desde que se inventó el término. En cualquier elección, los candidatos plantean sus planes de trabajo adornados de tantas promesas como pueden, esta no fue la excepción.

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