Becas a estudiantes de todos los niveles, el diablo está en los detalles

La iniciativa de reforma promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador trae como toda propuesta cosas buenas, cosas no tan buenas o por lo menos muy controversiales. Y también, como toda iniciativa, el “diablo está en los detalles” o como reza el adagio: “El camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”. Cómo siempre, una cosa es lo que se propone, otra lo que se aprueba y otra cómo se opera en beneficio de la población.

En esta columna nos centraremos en una iniciativa considerada como muy positiva, la iniciativa número 3 del ejecutivo: Becas a estudiantes de bajos recursos en todos los niveles. Como ya se ha justificado y justipreciado en apartados anteriores, no hay nada más redituable para una sociedad que la inversión en educación por las externalidades positivas que nos benefician a todos. Una población más educada, se preocupa más por sí misma, por su familia y por su entorno.

Está demostrado que los países que han invertido en educación contaran con una población más educada, calificada y productiva lo que ocasiona mayores niveles de crecimiento económico como lo han constatado recientemente países como Corea del Sur, Singapur y la República Popular de China. Se puede invertir por el lado de la oferta educativa, mejorando la infraestructura y la capacitación de los docentes, o se puede invertir por el lado de la demanda, proporcionando apoyo a los estudiantes de bajos recursos para que continúen con sus estudios.

México es un país con profundas desigualdades sociales y económicas y la educación es una vía para promover el ascenso social y económico de quienes llegan a terminar una carrera profesional. ¿Qué papel juegan las becas y apoyos de gobierno en todo esto? En un estudio realizado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) realizado en 2017 encontró que el Programa Nacional de Becas para la Educación Superior (PRONABES) tiene un impacto positivo en la permanencia de los estudiantes en la educación superior y en la reducción del abandono escolar.

Un estudio del Banco Mundial realizado en 2015 encontró que las becas aumentaron la probabilidad de que los estudiantes de secundaria terminaran sus estudios en un 15 por ciento, ya que las becas ayudaban a cubrir costos de matrícula, libros, materiales y otros gastos relacionados con la educación.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el número de estudiantes inscritos en Instituciones de Educación Superior en México ha aumentado significativamente en los últimos años, en parte debido a la disponibilidad de becas y otros programas de apoyo financiero. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que las becas en México han ayudado a reducir las brechas de acceso a la educación superior entre grupos socioeconómicos y regiones del país.

Por todo lo anterior, aplaudo esta iniciativa de becas para niños y jóvenes, siempre y cuando se garantice que sigan en la escuela. Se implementaron políticas erróneas de apoyo en el pasado reciente para aquellos jóvenes que no estudiaban ni trabajaban (para que dichos jóvenes no cayeran en las garras del crimen organizado) y este sistema de incentivos provocó que muchos abandonaran la escuela para cobrar apoyos. La intención de apoyar a los jóvenes que no estudiaban ni trabajaban era “buena”, sin embargo, muchos abandonaron sus estudios para recibir el apoyo. Lo cual resulta contraproducente a una política de desarrollo económico y social.

Es importante tener en cuenta que las becas no son una solución única para el problema de abandono escolar, existen otros factores como el rendimiento académico, el apoyo familiar, los trastornos mentales; pero es un importante paso, y en mucho jóvenes este apoyo hará una gran diferencia, para ellos y para el país.

• *- El autor es Presidente del Colegio de Economistas de Baja California y Consultor Empresarial.