Comparte su amor por la lectura el maestro Guillermo
Disfruta contar cuentos, leer para niños y adultos mayores, también cantar, bailar y declamar
CABORCA.- Narrar y contar cuentos, leer libros con un toque especial, ameno y divertido, para niños, ya sea en escuelas o festivales culturales, hasta cantar canciones infantiles tradicionales, bailar y declamar poesía, entre otras presentaciones, es una característica que distingue al profesor Guillermo Sandoval Lizárraga.
Él es uno de los personajes más queridos de Caborca y poblaciones aledañas, no hay quien no lo conozca en esta región por su gran espíritu de servicio ya que asiste a cualquier parte donde es invitado a participar, nunca está cansado a pesar de estar próximo a cumplir 71 años, el próximo mes.
Comentó que se jubiló como docente del sistema de educación primaria desde 2009 y no puede estarse quieto para seguir con su vocación de servicio, aunque desde otra trinchera, en aras de influir positivamente en los estudiantes y padres de familia, basado en el amor a la lectura, principalmente.
Experiencias placenteras, anécdotas, satisfacciones y reconocimientos por su trabajo, incluso de otras ciudades no le han faltado en su trayectoria como docente (38 años) y ahora desde otra trinchera, confió.
Además de las múltiples actividades que realiza durante la semana, se da tiempo para visitar, por lo menos una vez a la semana, al asilo de ancianos para ofrecerles lectura a sus adultos mayores, como él dice, desde hace 25 años, y ser miembro del Club Rotario donde también participa en actividades culturales.
Sobre su incansable labor, y qué extraña más después de haberse jubilado, el maestro Guillermo contestó que sí resintió mucho dejar las aulas y que estaba triste porque la esencia del maestro está en el salón de clases.
Pero en cualquier otra dirección o puesto hay que hacer mucho por la educación”, expresó.
SUS INICIOS
Recordó que sus inicios en la docencia se remontan a 1972, en Rodolfo Campodónico donde impartió clases como maestro comunal, por 3 años, sin recibir sueldo, sólo comida que le proveían pobladores del ejido.
Posteriormente, en 1975 recibió una oportunidad en Guanajuato y después de varios años regresó como normalista a su “patria chica” pero ya con remuneración, en la escuela José Vasconcelos (1984), de la colonia Aviación, en Caborca, relató.
Actualmente, ahondó, tras jubilarse, continúa trabajando, también, como mediador de Salas de Lectura, que es un programa a nivel nacional, de la SEC, donde es voluntario fomentando la lectura.
Últimamente fui contratado por la mina para implementar el programa Picando Letras donde visito todas las escuelas de la costa de Caborca y de los jardines de niños, primarias, secundarias y eventos para padres de familia.
“Todas las actividades me retroalimentan con solamente ver las risas inocentes y sin malicia, con sus ojitos vivaces y preguntones, de los niños cuando les estoy leyendo o contando cuentos”, apuntó.
Sandoval Lizárraga agregó que la recompensa más grande de todo lo que hace es ver ahora a personas adultas, incluso hasta con hijos y nietos, los cuales son profesionista y hombres de bien, que le gritan y saludan en la calle.
“Siento algo muy, pero muy bonito saber que de alguna forma u otra me recuerdan con cariño, aunque es imposible acordarse de todos. Uno lo percibe cuando te abrazan y saludan. Doy gracias a Dios por todo esto, ya que aporté mi granito de arena para su formación, Amo la docencia”, concluyó emocionado.
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