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Las profecías de Morena

Como cualquier empresa pragmática, competitiva e indiferente a cualquier escrúpulo mercantil; el llamado Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) fue urdido y puesto en marcha bajo condiciones políticas aprovechables hasta por el más pasmado de los despistados estrategas de la política “a la mexicana”.

Como cualquier empresa pragmática, competitiva e indiferente a cualquier escrúpulo mercantil; el llamado Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) fue urdido y puesto en marcha bajo condiciones políticas aprovechables hasta por el más pasmado de los despistados estrategas de la política “a la mexicana”. Roídas en lo interno y externo las prédicas y obras del partido tricolor, atrapadas por la puerta las uñas sucias de la derecha del PAN colaborador y cómplice del régimen presidencialista y hundido en sus miserias éticas y morales la fingida oposición hacia un sistema que los mantuvo amaestrados por medio de maíz con gorgojo; la folclórica partidocracia hizo agua hasta quedar en medio de la nada.

Compaginado a lo previo; la aristocracia gobernante servidora de la plutocracia concentradora de la riqueza nacional determinaron el neoliberalismo económico (sexenio de Miguel de la Madrid, 1982-88) causando mayores agravios, de manera peculiar, acrecentando la desigualdad social y a la vez resaltando los grados de pobreza, privatización de la industria estratégica, impunidad, corrupción y dependencia del extranjero.

Flagelos aquellos acordes a un sistemático fraude electoral cuyas instituciones comiciales, reglas jurídicas y correspondientes veredictos invariablemente acreditaron a la mafia del poder por encima de la voluntad popular: el mandato remitido por la dictadura perfecta tricolor y esbirros aliados fue implacable, despótica e irreversible.

Y como cualquier inspiración tiránica; el priismo depredador una vez y otra también se respaldó mediante el aparato represivo policiaco-militar y el acoso judicial que persuade por las buenas o malas a los opositores de la casta divina imperante pues la “paz de la patria”, acuso’ el priato, sería imposible bajo voces inconformes, reclamos delirantes o ideas copiadas a “Moscú, Pekín o la Habana” extrañas al placentero coexistir de campesinos, obreros y población en general que dichosos se dejaban jinetear por un enjambre de líderes charros vendidos al patrón.

Insertos los mexicanos en aquel contexto político, social y económico; el hartazgo ciudadano alcanzó su punto culminante con la quiebra de los partidos contaminados, el desprecio hacia lo electoral y el descrédito de una clase política pervertida lo cual allanó, en mucho, la organización y ascenso de Morena cuyo debut culminó obteniendo la presidencia de la República (pero) desairando sus principios originales, desvirtuando su razón de ser, despreciando cualquier proceder democrático y, más degradante, capitulando con arribistas fugitivos del PRIAN, PRD, MC y Panal coaligándose, a la par, con ladillas tipo PT, Verde y PES.

Desdicha para unos y fortuna para otros; Morena encarna más de lo mismo con el agregado de que la obra hoy protagonizada no significa una tragicomedia pasajera, un melodrama cómico apto para todo público sino la negación del empeño por cambiar, transformar y alcanzar una generación política diferente al lastre sobrepuesto que, obviamente, incluye a los partidos, sindicatos, asociaciones y gremios en general.

“La democracia en México-afirmó en años pasados Muños Ledo- será posible solamente con la democratización del PRI”. Falta que la patraña llamada Morena sea la profética y vieja revelación de Don Porfirio: Por lo pronto el partido del gobierno es un botín demasiado disputado…

*- El autor es diplomado en Periodismo por la UABC.

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