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Descubren por primera vez un grupo de anguilas eléctricas cazando

El comportamiento es sorprendentemente similar al de una manada de lobos que ataca a sus presas de forma coordinada, solo que con aletas y Taser de por medio.

Las anguilas eléctricas son peces excepcionalmente raros. Durante mucho tiempo se pensó que se trataba de depredadores solitarios que remontaban ríos turbios y poco caudalosos, pero una nueva investigación sugiere que las anguilas eléctricas pueden cazar en grupos, utilizando conjuntamente sus descargas eléctricas sobre bancos de peces.

El comportamiento es sorprendentemente similar al de una manada de lobos que ataca a sus presas de forma coordinada, solo que con aletas y Taser de por medio. Este descubrimiento convierte a las anguilas eléctricas en una de las pocas especies de peces que sabemos que cazan en grupos.

En 2012, Douglas Bastos, científico del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia de Manaus, Brasil, viajó al río Iriri en la cuenca del Amazonas para explorar y tomar muestras de la diversidad de peces de la zona. Allí, encontró un lago pequeño y tranquilo conectado al río. Se quedó sorprendido al ver más de 100 anguilas eléctricas nadando por el lago. Bastos vio como las anguilas parecían conducir a los pequeños peces formando una especie de bola apretada, y varias anguilas atacaban de forma coordinada a los peces de forma periódica. Los peces salían del agua y las anguilas atrapaban a los que podían.

Carlos David de Santana, un ictiólogo del Museo Smithsonian y autor principal del nuevo estudio, dijo que se trató de un descubrimiento “impactante”.

“Históricamente, nunca hemos tenido ningún tipo de información sobre anguilas eléctricas viviendo juntas”, dijo de Santana a Gizmodo. “Se pensaba que vivían solas y que tal vez se juntaban para la temporada de reproducción, pero eso era todo”.

Solo el hecho de cazar en manada es un comportamiento extremadamente raro en peces. Hay decenas de miles de especies de peces, pero solo se conocen nueve tipos que cacen en grupos como este, dijo De Santana.

Curiosamente, uno de estos peces es una especie africana que también utiliza los campos eléctricos a su favor, el Mormyrops anguilloides. Sin embargo, estos peces solo utilizan sus facultades eléctricas para localizar a sus presas de noche, no para matarlas, indica Gizmodo.

Bastos volvió al pequeño lago en 2014 para realizar más observaciones detalladas sobre las anguilas y para grabarlas. De nuevo, vio decenas de anguilas congregándose en el lago, que trabajaban juntas para pastorear y electrocutar a sus presas, lo que demuestra que las observaciones del 2012 no fueron un hecho aislado.

Estas observaciones acaban de ser publicadas en la revista Ecology and Evolution. La mayor parte del día, las anguilas descansan en la parte más profunda del lago. Pero durante el crepúsculo, comienzan a nadar juntas mientras giran formando un gran círculo. Entonces comienzan a empujar a los peces hacia las zonas menos profundas. Es en eso momento cuando varias anguilas aprovechan para lanzar poderosas descargas y se abalanzan sobre su presa paralizada. Repiten esta acción varias veces antes de separarse para ir a descansar.

No está del todo claro por qué estas anguilas eléctricas utilizan esta estrategia de caza, ya que nunca se ha visto fuera de este pequeño lago. De Santana se pregunta si ciertas condiciones ambientales pueden hacer que esta caza grupal sea mucho más exitosa. Por ejemplo, en las tierras bajas de la selva tropical, los ríos son anchos y abundan los peces, pero en la zona donde se pudieron avistar a estas anguilas, las presas eran algo más escasas.

“La caza en solitario podría ser mucho más difícil en las tierras altas”, dijo de Santana, y señaló que los peces podrían acabar gastando más energía tratando de localizar a sus presas, haciendo que cazar en grupo sea más útil.

Sea cual sea la razón, este hallazgo sugieren que las anguilas eléctricas tienen un comportamiento social que nunca antes había sido detectado.

Michael Taborsky, un ecologista conductual de la Universidad de Berna que no participó en la investigación, dijo que el descubrimiento “encaja bien en lo que ya sabemos sobre los comportamientos de caza en grupo de animales que se alimentan de peces”, y señaló que el trabajo en equipo para capturar peces está muy extendido entre animales, aunque no tanto entre los propios peces.

Dijo que el comportamiento le recuerda al del pez espada, que se lanza hacia densos bancos de peces y les ataca con el hocico para aturdirlos o directamente matarlos.

Taborsky dijo que aún no está claro si existe realmente comunicación y coordinación entre las anguilas, o si se mueven de forma sincronizada. También siente curiosidad por saber si estas observaciones se pueden replicar en otros lugares fuera del rango de las anguilas.

“Se puede asumir que si la caza en grupo ocurre una y otra vez, es realmente una especie de respuesta concreta ante el desafío de atrapar a sus presas”, explicó Taborsky.

En el futuro, de Santana quiere obtener más detalles sobre la coordinación de estas cacerías grupales, y ver si los animales logran coordinar sus movimientos y sus descargas mediante descargas de bajo voltaje, que a menudo utilizan para orientarse o buscar alimento cuando se mueven en solitario.

Solo observaron la caza grupal en una de las tres especies de anguilas eléctricas estudiadas, (Electrophorus voltai), pero de Santana cree que las otras dos especies también podrían estar haciendo lo mismo. También se pregunta si los miembros del grupo de caza son de un mismo núcleo familiar. Cuando realicen un muestreo genético podrán responder a esa cuestión.

Aprender más sobre estas anguilas es, lamentablemente, una carrera contra el tiempo. De Santana dijo que los lugares repletos de presas que albergan a estas especies son cada vez más raros de ver en el Amazonas por culpa de la deforestación.

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