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Federalismo en crisis

El federalismo a la mexicana ha llevado “a una falta de eficacia e inmediatez en la relación entre los centros de decisión y los destinatarios de la acción pública...

Desde la Constitución de 1857, México se ha definido como una República democrática, representativa y federal. El federalismo tiene 162 años ininterrumpidos en nuestro País, pero desde su origen se ha caracterizado por altos niveles de centralismo.

Ahora de los 28 estados federados que existen en el mundo el más centralizado es México, señala Javier Hurtado, citado por Javier Corral, gobernador de Chihuahua, en la conferencia que impartió el pasado 27 de septiembre en la inauguración del Fórum Diálogos por la Democracia en la capital del Estado.

Corral afirma que el centralismo siempre ha existido y este en los años del autoritarismo priista se expresó “en un presidencialismo avasallador, autoritario, unipersonal, concentrador del poder” y esto “permitió una violación flagrante de la Constitución que nos condujo a una subordinación de los gobiernos subnacionales, cuando uno de los principales objetivos del federalismo era que en los países con una gran extensión territorial, hubiera un desarrollo unificado, sin la necesidad de la autorización del centro”.

El federalismo a la mexicana ha llevado “a una falta de eficacia e inmediatez en la relación entre los centros de decisión y los destinatarios de la acción pública, por lo qué resulta fundamental la descentralización en pos de generar nuevos equilibrios entre niveles de Gobierno, así como nuevos márgenes de acción a nivel local, porque nadie mejor que los gobiernos locales conocen y tienen cercanía con la problemática de la población”, sostiene el Gobernador.

“Desafortunadamente cada vez con mayor regularidad, dice Corral, vemos un desdén por los gobiernos locales, hasta una subestimación de la fuerza local, lo cual se traduce en una afectación de oportunidades de crecimiento y de desarrollo” y también en una “injusta redistribución del ingreso fiscal hacia las entidades federativas en su conjunto”.

El Gobernador plantea que ya no se puede “continuar dándole a los estados el 20% de la Recaudación Federal Participable y la Federación quedándose con el 80%” y por lo mismo urge redefinir el Pacto de Coordinación Fiscal con una nueva fórmula donde los estados y municipios tengan un incremento relevante en sus recursos.

Javier Hurtado plantea que el federalismo no está en crisis “lo que está en crisis es un modelo de federalismo descoordinado y centralizado; un federalismo con preeminencia del Ejecutivo federal, con la creación de órganos “nacionales” y la expedición indiscriminada de leyes nacionales generales”.

Corral propone un debate que incluya “propuestas destinadas a revertir las desigualdades entre el centro y las regiones, pues el diseño de las políticas económicas y sociales deben dar cabida a la participación de los gobiernos locales con el fin de aumentar la eficacia de la acción gubernamental”.

Y afirma que “la construcción de un nuevo federalismo debe estar destinado a sentar las bases de una nación mejor integrada y donde cada una de las regiones esté plenamente desarrollada, con ayuntamientos fuertes y comunidades que sirvan como sustento de los gobiernos estatales (…)”.

Entre los gobernadores hay una preocupación creciente por ver cómo en el Gobierno del presidente López Obrador se ha acrecentado el centralismo y a los estados se les presiona y condicionan los recursos. Y también constatar cómo los superdelegados y los subdelegados regionales interfieren de diversas maneras en los gobiernos locales.

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