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El Gobierno también fracasó en educación durante la pandemia

El rezago educativo en México durante la pandemia amenaza su desarrollo futuro

Leo Zuckermann

México no superará su condición de país de renta media hasta que no solucione su problema de educación. Corea del Sur pudo convertirse en una economía rica precisamente apostándole a la mejora educativa. Nuestro País, en lugar de avanzar, ha retrocedido en educación durante este sexenio, particularmente en los dos años de la pandemia del SARS-CoV-2.

Hoy sigo con el análisis de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 en México titulado “Aprender para no repetir”. Como he dicho, se trata de un reporte lleno de datos y argumentos elaborado por expertos de la más alta reputación. Uno de los capítulos está dedicado el impacto en la educación.

Dice el Informe: “Al mirar hacia delante es posible prever que en ninguna otra esfera los efectos sean tan duraderos y negativos como en la educación, con todas sus derivaciones: Desde el desarrollo emocional y cognitivo de las personas hasta las trayectorias profesionales, las capacidades productivas del País y la profundidad de las desigualdades sociales”.

La pandemia generó una situación de emergencia donde niños y jóvenes dejaron de asistir a las escuelas de un día para otro. Sin embargo, en México tuvimos uno de los cierres más prolongados de todo el mundo (264 días) obligando a un largo periodo de educación vía remota.

Según el Informe, esto provocó: “1) Fuertes disrupciones y rezagos en el aprendizaje. 2) Impactos muy diferenciados en la escala socioeconómica y entre regiones. 3) Daños notables en el bienestar emocional, la salud mental y los vínculos socioafectivos de los niños y jóvenes, vitales para su experiencia y formación”. Los efectos fueron enormes. En cuanto a caída de la matrícula: “Al iniciar la pandemia, México tenía un total de 30.1 millones de alumnos inscritos en su sistema de educación básica y media superior (modalidad escolarizada). Al salir de la emergencia, el número se había reducido a 28.8 millones, un descenso matricular de -4.2%”.

En el rubro de pérdida de aprendizaje: “Aunque todos los países que participaron en la prueba PISA 2022 tuvieron una caída de resultados al compararlos con los de 2018, la afectación en el caso de México fue particularmente grave […] Matemáticas, comprensión de lectura y ciencias acusan descensos cognitivos de -13.8, -5.1 y -9.3 en la escala de la prueba PISA entre 2018 y 2022″. Sobre el aumento en la inequidad: “La experiencia fue especialmente delicada entre la población más desfavorecida, por dos razones fundamentales.

En primer lugar, la estrategia gubernamental descansó en la habilitación de herramientas digitales y cursos a distancia, pero sin intervenciones significativas para mitigar lasgrandes brechas existentes en el equipamiento tecnológico de los hogares y la disponibilidad de conexión adecuada a Internet”.

La segunda condición es “las capacidades de los adultos para participar en forma activa y efectiva en la educación de los menores se encuentran también distribuidas en forma muy desigual”.

Finalmente está el asunto de “la débil respuesta gubernamental”, uno de los hilos conductores de todo el Informe. En el tema educativo, México se destacó como “uno de los pocos países que implementó una política de cierre absoluto, sin matices ni soluciones intermedias.

En otros países, mantener las escuelas abiertas fue una prioridad, sin que eso se tradujera necesariamente en peores resultados sanitarios”. El programa gubernamental “Aprende en casa” no estuvo acompañado de estrategias complementarias y el acompañamiento de docentes durante los ciclos escolares a distancia. El Gobierno desdeñó la opinión de expertos educativos y se rehusó a aprender de experiencias internacionales exitosas.

Una vez que regresaron los alumnos a las escuelas, el Gobiernono evaluó de inmediato los aprendizajes durante la ausencia a los planteles por lo que no se supo el impacto educativo durante la pandemia. En lugar de hacer un programa de emergencia para subsanar la pérdida de aprendizajes, la SEP se dedicó a sacar adelante una reforma curricular y elaborar nuevos libros de texto. “La experiencia de la pandemia no se asimiló ni evaluó con rigor. No hay, por tanto, una constatación oficial de las afectaciones y lecciones de la pandemia sobre la educación, que sustente la elaboración de programas de remediación”.

El Gobierno no incrementó un centavo al gasto educativo para enfrentar la emergencia educativa como consecuencia de la pandemia. Ni un centavo. Finalmente está el tema de la salud mental que no sólo afectó a la población escolar. Por su importancia, merece una reflexión aparte. Sólo mencionar que el Gobierno tampoco hizo nada para remediar los múltiples efectos mentales que tuvo el Covid para los niños y jóvenes que dejaron de ir a la escuela.

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