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Sobre los debates

El domingo que viene le toca debatir por segunda ocasión a los candidatos presidenciales. El primero fue un desastre en cuanto al formato y la producción.

JUEGOS DE PODER

Me gustó el formato del segundo debate de los candidatos a jefe de Gobierno de la Ciudad de México. A diferencia del presidencial, se concentró en dos temas (agua y corrupción) y pudo haber réplica y contrarréplica.

Sí, es cierto, los dos principales candidatos se dieron hasta con la cubeta. Pero yo prefiero eso a un debate insulso donde no pasa nada. Fueron y vinieron acusaciones muy serias de corrupción entre Clara Brugada y Santiago Taboada. La inmundicia voló hacia los dos lados. Pero los candidatos tuvieron el tiempo para defenderse de las insidias y hacer algunas propuestas en ambos temas.

Creo que Taboada se veía más suelto y pudo conectar golpes más contundentes. A Clara la noté nerviosa y desubicada. Amén de lo que digan las encuestas, me quedé con la impresión de que estamos frente a una pelea mucho más pareja que la presidencial. Veo a una oposición muy echada para adelante y con posibilidades de ganar la elección.

Mención aparte merece Salomón Chertorivski, el candidato de MC, que va muy abajo en las encuestas. A casi un mes de la elección, sus probabilidades de ganar son casi nulas.

Con el fin de destacar, se sacó de la manga la propuesta de derrumbar el Viaducto capitalino para recuperar el río de la Piedad que ahí está entubado. Es una lástima ver así a Salomón, un político serio y honesto, que está obnubilado en esta contienda. Podría pasar a la historia como el colaboracionista que impidió que la oposición ganara después de 27 años de gobiernos perredistas/morenita.

El domingo que viene le toca debatir por segunda ocasión a los candidatos presidenciales.

El primero fue un desastre en cuanto al formato y la producción. Espero que las campañas y el INE hayan aprendido y corrijan. Que sirvan los relojes y se cuiden más las imágenes que salen al aire.

Pero, sobre todo, que haya un formato fluido que permita, como en el debate chilango, la réplica y contrarréplica. No se trata de inventar el hilo negro. Podrían hacer algo muy sencillo: Calcar el que se hizo en la Ciudad de México. Dos temas, nada de preguntas de los moderadores y dos bolsas de tiempos para que los candidatos den sus propuestas, ataquen y se defiendan. Así de sencillo.

Por lo que veo, no será así. El INE ha anunciado que el segundo debate presidencial será sobre “la ruta hacia el desarrollo de México” nada menos que con seis temas: 1. crecimiento económico; 2. empleo e inflación; 3. infraestructura y desarrollo; 4. pobreza y desigualdad; 5. cambio climático; 6. desarrollo sustentable. Es una locura. Quien mucho abarca poco aprieta. Más aún cuando se ha anunciado que se trasmitirán preguntas videograbadas por la ciudadanía. Para tal efecto, se recabaron 340 cuestionamientos en las 32 entidades del País y en Los Ángeles y Dallas, en Estados Unidos. Por medio de un sorteo, se escogerán 80 que serán entregadas a los tres candidatos.

No me queda claro si los moderadores, Adriana Pérez Cañedo y Alejandro Cacho, dos grandes periodistas, podrán también intervenir y preguntar.

Pero, por lo que leo, no se ve nada bien el formato. Aunque habrá bolsas de tiempos para los candidatos, son muchos los temas y las posibles preguntas. Esto puede, de nuevo, favorecer a la candidata que va arriba en las encuestas en detrimento de los otros dos.

Claudia saldrá otra vez a defender la holgada diferencia que tiene en las encuestas. Como es la que tiene más que perder, naturalmente saldrá a arriesgar lo menos posible. Ahora sí defenderá al gobierno de AMLO porque ya le jalaron las orejas y prometerá el Paraíso sobre la Tierra con la continuidad. Si es necesario, se defenderá de los ataques de Xóchitl y contraatacará.

El debate es de vida o muerte para Xóchitl. El famoso punto de inflexión no ha llegado. Todas las encuestas la ponen en segundo lugar, aunque hay una gran divergencia en la brecha que la separa de Claudia. Se le está acabando el tiempo para remontar.

En el debate pasado, atacó a la puntera, pero de manera dispersa. Necesita más profundidad que amplitud en los golpes. Y, como ella misma ha reconocido, tiene que ser la real y no un personaje inventado. Debe aparecer la Xóchitl combativa, dicharachera, simpática y de buenos reflejos.

De Máynez no hay mucho de qué hablar más que reiterar mi postura (criticada por mi amigo Juan Ignacio Zavala) de que los candidatos con menos dos dígitos en las encuestas no tengan derecho a participar en el segundo y tercer debate. Solo distraen y meten ruido de una contienda que, a todas luces, es entre dos.